MURCIA 13 Ago. (EUROPA PRESS) -
El grupo de Investigación Clínica y Traslacional Cardiovascular (ICTC) perteneciente al Hospital Virgen de la Arrixaca y a la Universidad de Murcia (UMU) ha demostrado que la 'metformina', un antidiabético oral de uso común, es capaz de prevenir el daño sobre el corazón inducido por 'doxorrubicina', una sustancia de uso habitual en el tratamiento de diferentes tipos de cáncer.
El estudio, desarrollado por los investigadores Mari C. Asensio-López, Antonio Lax, Domingo A. Pascual-Figal, Mariano Valdés y Jesús Sánchez-Más, ha sido publicada en la revista 'Free Radical Biology and Medicine', según fuentes del departamento de Promoción de la Investigación de la UMU (Prinum), dependiente del Vicerrectorado de Investigación de la institución docente.
En concreto, el estudio muestra cómo este antidiabético es capaz de proteger del estrés oxidativo y la muerte celular inducidos por la sustancia antitumoral a la célula cardiaca, al mismo tiempo que promueve la participación de la 'adiponectina', una proteína con reconocidas propiedades cardioprotectoras.
Este estudio resulta aún más relevante al ser la 'metformina' un fármaco de bajo coste, de administración oral y de escasa toxicidad, que además ha demostrado no disminuir los efectos antitumorales de las antraciclinas como la 'doxorrubicina', convirtiéndolo en un gran candidato como protector, ya que estos resultados apuntan a la posibilidad de disminuir la incidencia de afecciones cardíacas asociadas al uso de este tratamiento contra el cáncer.
La 'doxorrubicina' es una antraciclina de uso común en protocolos oncológicos para el tratamiento de numerosos tipos de cáncer entre los que se incluye leucemias, linfomas y cánceres sólidos como son el de próstata o mama. Pese a su eficaz actividad antitumoral, su uso se ve limitado por su elevada cardiotoxicidad. Así, su uso puede llevar a desarrollar diversos problemas de corazón.
Actualmente sólo hay aprobado un fármaco que, añadido junto con 'doxorrubicina', es capaz de disminuir la cardiotoxicidad sin afectar a la capacidad antitumoral de la antraciclina: el 'desrazoxane'. La toxicidad sobre la médula ósea que origina este otro fármaco, añadido a su elevado coste, hace imprescindible la búsqueda de nuevos fármacos que reduzcan la aparición de cardiopatías asociadas al uso del antitumoral.