MADRID, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres no fumadoras, que realizan ejercicio de forma habitual, tienen una dieta saludable, consumen alcohol moderadamente y tienen un estilo de vida sano podrían tener un menor riesgo de ictus, según un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard y el Hospital de Brigham y las Mujeres de Boston (Estados Unidos) que se publica en la revista 'Archives of Internal Medicine'.
Los expertos explican que sólo en los Estados Unidos se producen 700.000 ictus cada año, aproximadamente una cuarta de ellos fatales y otra cuarta parte deja a los pacientes con una discapacidad permanente. Existen dos tipos principales de ictus: el isquémico, el más común, en el que una arteria bloqueada causa una carencia de flujo sanguíneo al cerebro; y el hemorrágico, que se producen cuando la ruptura de un vaso sanguíneo provoca que la sangre se propague en el cerebro. Varios factores de riesgo individuales, incluyendo el tabaquismo, el ejercicio y el índice de masa corporal se han vinculado al ictus, aunque los investigadores no habían examinado cómo la combinación de este tipo de conductas puede contribuir al ictus.
Los científicos estudiaron la asociación entre los hábitos de vida saludable y el riesgo de ictus en 37.636 mujeres de 45 años o más. Al inicio del estudio, en 1993, las mujeres respondieron a cuestiones sobre sus hábitos tabáquicos, el consumo de alcohol, la dieta, su rutina de ejercicios y el índice de masa corporal.
De sus respuestas, los investigadores proporcionaron a cada mujer una puntuación en un índice sobre salud que iba del 0 al 20, con la puntuación más alta indicando el estilo de vida más sano. La conducta sana se definió como no haber fumado nunca, consumir entre cuatro y diez bebidas alcohólicas a la semana, realizar ejercicio cuatro o más veces a la semana, tener un índice de masa corporal de menos de 22 y mantener una dieta sana. Esto incluía consumir altos niveles de fibra de cereales, folatos y ácidos grasos omega 3, una alta tasa de grasas poliinsaturadas frente a las saturadas y bajos niveles de ácidos grasos trans y de azúcar en sangre.
Durante una media de diez años de seguimiento, 450 mujeres sufrieron ictus; 356 isquémicos, 90 hemorrágicos y cuatro no definidos. El 4,7 por ciento de las mujeres con puntuaciones en el índice de salud de entre 17 y 20 tuvieron un menor riesgo de ictus y de ictus isquémico en especial en comparación con las mujeres con índices de entre 0 y 4.
Según los científicos, el estilo de vida saludable se asoció con una reducción en el riesgo de ictus total e isquémico sin aparentes beneficios en el ictus hemorrágico. "Nuestros descubrimientos muestran la importancia de los hábitos saludables en la prevención del ictus total e isquémico", concluyen los autores del estudio.