MADRID, 4 Ene. (Reuters/EP) -
Las mujeres que caminan de forma ligera al menos tres horas cada semana son menos propensas a sufrir un ictus que aquellas que andan menos o nada, según estudio español liderado por el investigador español José María Huerta, y publicado en 'Stroke'.
"El mensaje para la población general es siempre el mismo: una actividad moderada es buena para la salud", ha destacado Huerta, que trabaja en el servicio de Epidemiología de la Consejería de Sanidad de Murcia.
Estudios anteriores ya habían relacionado la actividad física con la posibilidad de sufrir menos derrames cerebrales, los cuales son causados por un bloqueo en las arterias o una ruptura de vasos sanguíneos en el cerebro.
Ahora, el nuevo estudio demuestra que las mujeres que caminan a paso ligero unos 210 minutos a la semana tienen menos riesgo de derrame cerebral que aquellas con una vida sedentaria. Además, las primeras tienen menos posibilidades de sufrir un accidente cerebrovascular que las que andan en bicicleta o hacen otros ejercicios cuya intensidad en poco tiempo es más elevada.
Para llegar a esta conclusión, Huerta y su equipo repartieron cuestionarios a aproximadamente 33.000 mujeres y hombres que incluían preguntas sobre su actividad física. Posteriormente, estas personas fueron clasificadas por genero, tipo de ejercicio y tiempo total que dedicaban a su actividad semanalmente.
Tras ello, los autores observaron durante 12 años a los participantes y registraron un total de 442 accidentes cardiovasculares. Las mujeres que caminaban regularmente tuvieron un 43 por ciento menos de riesgo de padecer estos percances en comparación con el grupo inactivo, ha señalado Huerta.
Sin embargo, no existe una reducción de las posibilidades de sufrir derrames en hombres en comparación con mujeres que practicaban ejercicio con la misma frecuencia.
"No existe una explicación clara al respecto", ha reconocido Huerta, quien ha barajado la posibilidad de que los hombres hayan participado en la encuesta en mejores condiciones que las mujeres, aunque no existan pruebas que lo demuestren.
Pese a que existe un mejor control de la presión arterial y más campañas contra el tabaquismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) predice que los casos de ictus aumentarán a medida que la población mundial siga creciendo.