MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
El 55 por ciento de los adultos infectados por VIH son mujeres, y, pese a ello, sufren una clara discriminación en muchos aspectos del manejo y tratamiento de la epidemia, según denuncian los expertos reunidos en el congreso de la Sociedad Clínica Europea de SIDA (EACS), celebrado recientemente en Madrid.
Esta discriminación, como denuncian los colectivos femeninos implicados en la lucha contra el sida, es una práctica permanente, por ejemplo, en los estudios clínicos sólo el 20 por ciento de los participantes pertenecen al género femenino.
Además, las diferencias de género son ignoradas en la práctica clínica. Así las mujeres seropositivas registran tasas de depresión más altas que los hombres y tienen mayor riesgo de desarrollar alteraciones del tejido adiposo (lipodistrofia) relacionadas con el tratamiento antirretroviral.
Incluso el riesgo de infección por vía heterosexual es doble en la mujer que en el hombre; además una vez infectadas están expuestas a graves complicaciones como infecciones vaginales recurrentes, enfermedad inflamatoria pélvica y cáncer de cerviz por papillomavirus.
Por otra parte, no se ha modificado el porcentaje de mujeres con coinfección por virus de la hepatitis C, que se estima superior al 30 por ciento. Esta situación, provoca que más de una cuarta parte de las infectadas no lo sepa hasta que se queda embarazada y casi el 9 por ciento enteren en el momento del parto, "lo que limita las posibilidades de prevención de la transmisión, con el consiguiente riesgo de que se produzcan casos de contagio fetal o perinatal".
Estas cuestiones, según las conclusiones del congreso, no son tenidas en cuenta a la hora de abordar la enfermedad, sobre todo en lo que se refiere a la elección del tratamiento. No obstante, esta situación, a juicio de los expertos, está cambiando ya que "los especialistas van afinando cada vez más sus criterios, dando preferencia a los fármacos que mejor pueden adaptarse a las características femeninas".
2.000 NIÑOS NACEN CON VIH.
La creciente confianza se puede observar en que cada vez está aumentando más el número de las mujeres que se plantean la maternidad como objetivo. En gran medida, se debe a que los clínicos disponen de un arsenal terapéutico mayor que posibilita la elección de un adecuado régimen antirretroviral, evitando aquellos medicamentos con riesgo de malformación del feto.
Además, esta discriminación repercute gravemente en el tratamiento del bebe. Actualmente, unos 2.000 niños nacen con VIH cada día y sólo el 2 por ciento tienen acceso a tratamiento eficaz; el 30 por ciento de las mujeres embarazadas transmiten el virus a sus bebés;
El amamantamiento, especialmente en las primeras semanas de vida, ocasiona 300.000 nuevas infecciones anuales; sin tratamiento, en torno al 20 por ciento de los niños desarrollan enfermedad grave en el primer año de vida y mueren hacia los 4 años; y, en gran medida, esto es culpa de la falta de formulaciones adecuadas para su tratamiento en la población infantil.
En lo que respecta a España, el cambio en las conductas de riesgo ha determinado que la mujer represente ya casi el 30 por ciento de las nuevas infecciones. En la mayoría de los casos estas mujeres quieren tener una buena apariencia física, ser madres y llevar una vida normal, "aspectos que el médico debe tener en cuenta a la hora de establecer los tratamientos más adecuados", recuerdan.