PALMA DE MALLORCA 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las muertes que se producen a causa de un síndrome coronario agudo, o infarto, podrían reducirse en torno a un 3 por ciento únicamente con que los pacientes afectados avisaran a los servicios médicos de emergencia al primer síntoma de dolor, ya que, al parecer, uno de los principales problemas a la hora de reducir la mortalidad por esta causa es que los enfermos esperan "demasiado" antes de pedir ayuda.
Así lo aseguró en declaraciones a Europa Press el doctor Miguel Fiol, responsable de la Unidad coronaria del Hospital Universitario Son Dureta y organizador, junto al director del Centro de Investigación Cardiovascular del centro hospitalario San Pablo de Barcelona, Antonio Vallés, del II Simposium Internacional sobre Electrocardiografía en Síndrome Coronario agudo y crónico, que se celebró en Palma el pasado viernes.
El 14 por ciento de las personas que padecen un infarto resultan muertas antes de un mes, un porcentaje muy elevado que podría reducirse con un diagnóstico temprano, señaló. "El tiempo es esencial en estas situaciones. En el gremio decimos que el tiempo es músculo. Esto significa que cuanto más rápido se actúe, menos parte del corazón resulta infartada y más posibilidades de salir bien parado hay", dijo.
Aunque los principales grupos con factores de riesgo son los hombres a partir de los 45 ó 50 años y las mujeres que ya han superado la menopausia, así como personas con colesterol, diabetes, hipertensión o tabaquismo, Fiol insistió en la importancia de que toda persona que identifique un dolor pectoral que no había sentido antes, alerte a los servicios de emergencia. "Ante cualquier molestia torácica desconocida, hay que tomar precauciones. Adelantarse es básico para que no sea demasiado tarde", añadió.
Según explicó el doctor Fiol, este encuentro es la aportación científica dirigida a los médicos que tratan este tipo de patología. Se engloba en la estrategia de la Conselleria de Salud y Consumo para el tratamiento global del infarto. Asimismo, en este ámbito, el Govern ha impulsado la implantación de un sistema de transmisión vía móvil de electrocardiogramas, lo que permitirá consultar con los hospitales de referencia la gravedad de cada caso, sin necesidad de desplazar al paciente.
De este modo, los servicios médicos de emergencia podrán determinar en el mismo lugar del infarto o en el centro de salud más cercano la necesidad o no de transportar al afectado a Son Dureta. El objetivo es reducir el tiempo de intervención, con la esperanza de menguar el número de fallecimientos, ya que, esta es la primera causa de muerte en nuestra Comunidad, indicó.
"Uno de los grandes problemas del tratamiento de los infartos en Baleares es el desplazamiento de una isla a otra para que sea observado por especialistas. Con este nuevo sistema, podrá realizarse un diagnóstico precoz y aplicar la mejor respuesta médica en cada circunstancia", aclaró.
Otras de las medidas que contribuirán a reducir la mortalidad en estos casos será la habilitación a partir del próximo año de una nueva sala de hemodinámica en Son Dureta que aumentará las posibilidades de practicar angioplastias, técnica que consiste en desembozar las vías sanguíneas obstruidas y que disminuye el riesgo de sufrir infartos a quienes ya tienen problemas cardiovasculares.