MADRID, 3 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de emergencia de Médicos Sin Fronteras (MSF) está condicionando un centro de tratamiento del Ébola en Kagadi, en el oeste de Uganda, para evitar que la epidemia, que hasta ahora ha acabado con la vida de 16 personas, siga propagándose. Además, ha puesto en marcha una serie de medidas de control para evitar más contagios y proteger a la población y al personal sanitario.
Apenas 72 horas después de su llegada, el equipo de emergencias de la organización médico-humanitaria ha limpiado y desinfectado el hospital de referencia del distrito de Kibaale, epicentro de la epidemia, ha habilitado y ha puesto en marcha un centro de tratamiento con capacidad para 30 personas.
No obstante, según han avisado desde MSF, los pacientes con síntomas siguen llegando y, actualmente, unas 24 personas --entre ellas dos casos confirmados por los análisis de sangre-- permanecen ingresadas en un edificio habilitado dentro del hospital.
Asimismo, alrededor de este centro, la organización ha aplicado medidas de control para evitar más infecciones, ha construido tiendas de campaña para que el personal médico pueda cambiarse y trabajar sin riesgo de contagio, y ya ha empezado a formar al personal sanitario en las medidas de protección para evitar el contagio y poder trabajar de la forma más cómoda posible.
"Normalmente construir un centro de tratamiento del Ébola lleva entre cinco y siete días, pero está habiendo mucha rapidez en la aplicación de las medidas de control para frenar la epidemia. Para ello, estamos reforzando y mejorando el centro para cuidar mejor a los pacientes y evitar que se produzcan contagios", ha comentado el coordinador de agua y saneamiento de la emergencia, Henry Gray.
El personal médico que trata a los ingresados es el más expuesto al contagio de esta enfermedad que se transmite a través de los fluidos corporales, pero con las nuevas medidas en marcha, entre ellas el uso de material y trajes de protección, se espera poder dar una buena atención a los pacientes y atajar el brote, declarado por las autoridades de Uganda y la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado 28 de julio, un mes después de que se diera el primer caso.
En concreto, MSF dispone ya en Kagadi de un equipo de 26 personas, formado por epidemiólogos, sanitarios y logistas expertos en agua y saneamiento, muchos con una valiosa experiencia en brotes del Ébola y de otras enfermedades poco comunes de la misma familia de fiebres hemorrágicas.