MADRID 28 May. (EUROPA PRESS) -
La competencia en el mercado de suministros médicos ha alcanzado niveles sin precedentes en esta pándemia, y muchos países han implementado duras medidas proteccionistas, incluida la prohibición de exportaciones de material sanitario, por este motivo Médicos Sin Fronteras ha exigido una regulación que garantice que los equipos de protección individual (EPI) para dar respuesta a la pandemia de COVID-19 se distribuyan de manera "equitativa y transparente".
En este momento, afirma Thierry Allafort-Duverger, director General de MSF Francia, "el mercado de equipos de protección individual está dominado por la falta de transparencia sobre lo que se produce y dónde se produce, sobre su calidad, sobre la cantidad de existencias y sobre cómo se asignan".
"Hasta ahora, la solidaridad con los países que sufren escasez ha sido a través de iniciativas puntuales y aisladas. La opacidad de las cadenas de suministro crea una gran incertidumbre en un momento en el que los sistemas de salud de todo el mundo lo que de verdad necesitan es transparencia y estabilidad", ha lamentado.
Como se ha visto en muchos países, los actores de salud pública y las organizaciones médicas tienen dificultades para garantizar un suministro regular y fiable de los artículos necesarios para garantizar la protección adecuada del personal médico: mascarillas quirúrgicas y FFP2, gafas de protección o batas, entre otros.
MSF también se está enfrentando a muchas dificultades para suministrar EPI a los trabajadores de sus proyectos en todo el mundo. Esta situación no solo obstaculiza los esfuerzos para contener la propagación de la Covid-19, sino también la capacidad de continuar proporcionando otros servicios médicos esenciales, como cirugía o tratamiento para pacientes de sarampión, tuberculosis y otras enfermedades infecciosas.
Por tanto, creen necesario que se regularice de manera urgente el mercado y que se garantice una distribución más equitativa de los suministros médicos.
"Debemos evitar que los hospitales se conviertan en amplificadores de la epidemia. Necesitamos proteger adecuadamente a los trabajadores sanitarios, incluso en áreas donde el virus aún está en una etapa más temprana de propagación. En estos momentos, hay demasiados trabajadores sanitarios en todo el mundo que están desprotegidos frente a la COVID-19", explica Christine Jamet, directora de Operaciones de MSF en Ginebra.
ASIGNACIÓN MÁS EFICIENTE DE EPI
Además de una asignación más eficiente de EPI, también será necesaria una mayor producción para satisfacer las crecientes necesidades. De nuevo, señalan, "será esencial un mecanismo regulador para garantizar que lo producido respete los estándares de calidad necesarios".
"MSF, al igual que muchos actores con los que estamos trabajando en todo el mundo, estamos luchando contra viento y marea para continuar prestando atención médica, seguir salvando vidas y responder a la COVID-19 en las circunstancias más difíciles", afirma Thierry Allafort-Duverger, pero para esto, ha continuado, "necesitamos que la transparencia y la equidad vuelvan a un mercado de EPI que actualmente está fuera de control. No podemos contar con que los Estados o el mercado lo hagan por sí solos de manera voluntaria".