MADRID 8 Ago. (EUROPA PRESS) -
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha avisado de que el sistema de vacunación internacional "ignora" el acceso de los niños refugiados a la protección que necesitan. No obstante, ha informado de que tras varios meses de espera y de sortear "numerosas dificultades" ha podido empezar a suministrar la vacuna neumocócica por primera vez a los refugiados de Yida, en Sudán del Sur.
En este sentido, la organización ha informado de que durante la planificación de la vacunación a esta población ha tenido que enfrentarse a "múltiples barreras" a la hora de comprar estas vacunas a un precio "asequible", así como a "innumerables" trabas "políticas burocráticas" que, a su juicio, "no tienen en cuenta" las necesidades de las poblaciones afectadas por conflictos.
"Si sabemos que los niños refugiados son sumamente vulnerables a contraer enfermedades que son prevenibles mediante la administración de una vacuna, no entendemos entonces por qué el sistema internacional de vacunas sigue insistiendo en que estos niños no son su problema. Deberíamos hacer todos los esfuerzos posibles para que los niños refugiados se beneficiasen de las vacunas más nuevas y eficaces, en lugar de dejar que éstas se pudran en un almacén por culpa de los vacíos existentes en las políticas de la comunidad internacional", ha señalado la asesora de políticas de vacunación de la Campaña de MSF para el Acceso a Medicamentos Esenciales (CAME), Kate Elder.
Las vacunas más nuevas y eficaces han sido introducidas en los países pobres con el apoyo de la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (GAVI Alliance, en inglés), pero, según ha recordado MSF, esta alianza no cubre las vacunaciones de poblaciones refugiadas o afectadas por emergencias, lo que deja "importantes" necesidades sin cubrir.
"NO HAY UN PRECIO GLOBAL ASEQUIBLE" PARA LAS ORGANIZACIONES
Además, los precios reducidos que GAVI logra negociar "no están siempre a disposición" de los actores humanitarios que trabajan en contextos de crisis humanitarias. "Y, a pesar de las múltiples peticiones que se han hecho a los diversos actores implicados, incluidos la GAVI y las farmacéuticas Pfizer and GlaxoSmithKline (GSK), que son las compañías que producen estas nuevas vacunas, no se ha logrado fijar un precio global asequible para las organizaciones humanitarias", ha apostillado la organización.
Los refugiados sudaneses empezaron a cruzar la frontera y a entrar a Sudán del Sur en tropel en junio de 2011, cuando estalló el conflicto entre el gobierno de Jartum y los rebeldes del Sudan People's Liberation Movement-North (SPLM-N) en el estado de Kordofán sur, en Sudán. El verano pasado, cuando la crisis alcanzó su punto más álgido, en el campo de Yida se observaron elevadas tasas de mortalidad entre los niños más pequeños que ingresaban en el hospital de MSF con infecciones respiratorias, siendo la neumonía una de las principales causas de muerte.
Las condiciones en el campo de refugiados, según ha explicado MSF, hacen que los niños sean especialmente vulnerables al neumococo, la bacteria más frecuente causante de la neumonía, pues el hacinamiento y la exposición a múltiples y diferentes cepas de la bacteria acrecientan el riesgo de contraer la enfermedad.
En este sentido, los diferentes análisis llevados a cabo por la organización determinaron que vacunar con la vacuna conjugada neumocócica (VCN) podría ayudar a reducir considerablemente la mortalidad en Yida, y por ello se decidió que había que poner en marcha la campaña de vacunación.
"Durante más de cuatro años, hemos estado intentando encontrar una solución para conseguir un acceso asequible a las vacunas más nuevas y eficaces y poder así actuar de manera inmediata cada vez que sea necesario, pero la realidad es que seguimos sin tener la solución para los refugiados. Necesitamos que las compañías farmacéuticas y la GAVI faciliten a las organizaciones humanitarias acceder al precio más bajo para las vacunas más nuevas y eficaces. Si nos lo permitís, podemos ayudar a salvar la vida de niños en situación de emergencia", ha zanjado el director adjunto de Operaciones de MSF en París, Greg Elder.