MADRID 10 Nov. (EUROPA PRESS) -
En España se producen cada año unos 50.000 infartos agudos de miocardio pero gracias a las mejoras en su tratamiento, la mortalidad por esta causa se ha reducido hasta un 32 por ciento en los últimos diez años, según datos de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
En la actualidad, en el infarto se realizan más terapias de reperfusión, especialmente angioplastia primaria y fibrinólisis, al tiempo que también se han incorporado más procedimientos invasivos, como cateterismos cardíacos, con revascularización percutánea (ICP) y más cirugía coronaria.
Para comprobar la eficacia de estos avances, en un estudio realizado en Cataluña con casi 3.000 pacientes se analizó la evolución en los últimos diez años tanto de la mortalidad intrahospitalaria como del pronóstico a seis meses en pacientes que ingresan con un primer infarto agudo.
De este modo, observaron que los casos de muerte intrahospitalaria, que se redujeron en un 32,2 por ciento, mientras que los casos de muerte seis meses después del episodio cardiovascular se redujeron en un 57 por ciento.
"El incremento en la utilización de las terapias de reperfusión, el manejo más invasivo en los pacientes con IAM (mayores tasas de revascularización percutánea y quirúrgica) y probablemente las mejoras en el tratamiento médico realizado pueden explicar el descenso en la mortalidad intrahospitalaria y el mejor pronóstico a medio plazo de los pacientes con un primer infarto", asegura el doctor Cosme García-Garcia, cardiólogo del hospital del Mar de Barcelona y miembro de la SEC.
Además, el reingreso de causa cardiovascular (reinfarto, angina, insuficiencia cardiaca o arritmias) se redujo en un 54 por ciento a los seis meses del infarto.
Este descenso obedece también a los tratamientos médicos utilizados, que han demostrado evidencia clínica en el infarto (antiagregantes, betabloqueantes, estatinas e inhibidores de conversión de angiotensina) y se aplican de forma mayoritaria en estos pacientes, cosa que no sucedía hace una década.
Igualmente, los autores del estudio descartan que este descenso de mortalidad y de reingresos esté relacionado con cambios en las características clínicas ni en la gravedad de estos pacientes.