La mitad de los niños que necesitan gafas no las utilizan por desconocimiento de sus padres

Niña Con Gafas
AURORA D-L
Actualizado: lunes, 23 septiembre 2013 12:10


MADRID, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -

La mitad de los niños que necesitan gafas no las utilizan por desconocimiento de sus padres, según aseguran desde el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, que recomienda que los escolares revisen su visión "al menos una vez al año".

A juicio de los expertos, este consejo sólo lo llevan a cabo anualmente "uno de cada cuatro escolares", algo que se está produciendo "a pesar de la importancia que tiene la visión". Además, indican que ello puede conllevar "en notas o el desinterés por las asignaturas".

No obstante, ahí no acaban las limitaciones que puede producir un defecto visual en un niño, ya que pueden generarse otras que perjudiquen "su desarrollo, su personalidad y su carácter". Así lo manifiesta el presidente de esta institución, Juan Carlos Martínez Moral, que expone que "la mayoría de los padres desconoce que casi el 30 por ciento de los casos de fracaso escolar se debe a problemas visuales".

Actualmente, entre un 5 por ciento y un 10 por ciento de los preescolares, así como un 25 por ciento de los escolares tiene problemas visuales como "miopía, hipermetropía o estrabismo", siendo la primera de ellas la que más aumenta.

Según el máximo representante del consejo, los niños cada vez dedican más tiempo a actividades en las que se realiza un gran esfuerzo en visión cercana, como "la lectura, ver la televisión, trabajar con el ordenador o jugar con la consola".

Además, explica que "el 10 por ciento de los niños padece ambliopía u ojo vago", ante lo que insiste en la importancia de acudir al profesional, y es que, "la mayoría de los niños no se quejan cuando sufren un problema visual".

Por ello, es recomendable que padres y profesores estén atentos a posibles síntomas, como pueden ser evitar tareas relacionadas con la visión de cerca, experimenta muchas dificultades con la lectura, fruncir el ceño o guiñar los ojos para mirar de lejos o de cerca, la irritación de estos al leer o escribir o tener frecuentes dolores de cabeza.