La mitad de los casos de pérdida de visión pueden evitarse con la detección temprana

Lentilla, ojo
ONDASDERUIDO/FLICKR
Actualizado: martes, 7 octubre 2014 12:23

MADRID, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas ha recordado la importancia que tienen las revisiones oculares con el fin de evitar la pérdida visual y la ceguera. Por ello, y con motivo de la celebración del Día Mundial de la Visión, este jueves, el presidente del Consejo, Juan Carlos Martínez Moral, ha recordado que hasta el 50 por ciento de los casos de pérdida visual se pueden prevenir con una detección temprana y el tratamiento adecuado.

Y es que, por medio de un examen visual, el óptico-optometrista no sólo es capaz de determinar si se padece algún defecto refractivo, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, sino que, además, puede observar indicios de posibles anomalías que afectan a la salud ocular como, por ejemplo, las cataratas o las deficiencias visuales de las que inicialmente no se es consciente, como el glaucoma, pero que provocan una pérdida irreversible de la visión.

"Los ojos son las ventanas a otras partes del cuerpo, por lo que muchas enfermedades tienen su manifestación ocular. Así, por ejemplo, la hipertensión puede manifestarse en los vasos sanguíneos de la parte posterior del ojo, la diabetes daña las estructuras oculares y algunos tumores cerebrales pueden crear signos, detectables en un examen de campo visual. El óptico-optometrista es capaz de descubrir los signos tempranos de esas enfermedades y recomendar al paciente que acuda al especialista", ha apostillado.

En este sentido, el especialista ha informado de que durante la infancia, lo más recomendable es realizar el primer examen visual cuanto antes, teniendo en cuenta que hacia los cinco años los niños ya están aprendiendo a leer, y repetirlos cada año, especialmente al principio de cada curso.

Estas revisiones sirven para evaluar tanto la salud ocular como la funcionalidad visual y la capacidad de comprensión. "Entre los veinte y los cuarenta años, deberemos revisar nuestra visión cada dos años, a no ser que la presencia de algún problema visual aconseje acortar ese plazo. A partir de los cuarenta años se incrementa el riesgo de sufrir anomalías o disfunciones visuales, por lo que se recomienda acudir al óptico-optometrista al menos una vez al año", ha apostillado.

Respecto al grupo de población mayor de 55 años, el uso de corrección visual asciende hasta el 92 por ciento de la población. Y es que, además de la presbicia, a partir de esta edad las personas son más propensas a sufrir una serie de problemas de visión asociados al paso de los años, como son las cataratas, el glaucoma o la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).

"Una visita a tiempo al óptico-optometrista ayuda a detectar a tiempo estas patologías que, en los casos más desfavorables, pueden desembocar en ceguera", ha zanjado Martínez Moral.