El método japonés para prevenir agresiones en el ámbito sanitario

Actualizado: viernes, 23 abril 2010 15:21

MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -

Auxiliares de enfermería del País Vasco aprenden una técnica japonesa denomindada 'sanpaku' para aprender a prevenir agresiones y situaciones conflictivas, según explicó María José Arlandis, que dirige el taller sobre comunicación no verbal dónde se imparten, dentro de las III Jornadas de Técnicos en Cuidados de Enfermería del País Vasco.

El término, una voz japonesa que significa "tres blancos", se refiere a la expresión del gesto que un potencial agresor puede mostrar antes de desencadenar su furia. Estos movimientos muestran "cómo se encuentra la persona en el momento de la interacción, a pesar incluso de que quiera falsear la imagen que da al exterior", explicó.

Así, Arlandis abordó cómo detectar situaciones conflictivas "normalmente, al mirar a una persona a los ojos, flanqueando al iris, se aprecian las dos partes blancas visibles del globo ocular, lo que se denomina 'esclera' o 'esclerótica'. Sin embargo, cuando una persona muestra además una otra parte blanca en la zona inferior del ojo, la cosa cambia", señaló.

La interpretación general de un 'sanpaku' es que la persona que eventualmente lo muestra "transmite su desagrado ante una persona o situación que pueda tener delante. Ese desagrado puede tener varias intensidades; desde leve a muy intensa, y quizás en la intensidad extrema pueda ser agresivo su portador", detalló la experta.

Según indicó Arlandis, en la lectura del lenguaje no verbal existen tres fases, en la primera "se valora la postura general del cuerpo de la persona". Normalmente, cuando una persona o situación parece interesante, "las personas tienden a acercarse". Sin embargo, ante "algo desagradable, la respuesta es la contraria".

La segunda fase se ocupa de fijarse en distintas partes del cuerpo. Arlandis señaló que normalmente las extremidades inferiores "muestran de una forma bastante clara si el individuo esta relajado o en tensión".

Por último, la experta describió una serie de micromovimientos de la cara o el cuerpo, "como la elevación de las cejas, sonrisas y gestos repetitivos con las manos. Sobre todo, es muy típico los picores que no responden a ninguna causa patológica, que duran normalmente menos de cinco segundos y que afectan en muchas ocasiones a la cara, cabeza, estómago o espalda".

Con respecto a los micropicores faciales, Arlandis dió dos claves para saber si una persona se encuentra más o menos a gusto antes una situación o persona. "Ante estímulos agradables, las personas tienden a rascarse la parte inferior del párpado o la parte superior de la mejilla". Por el contrario, ante algo que no gusta, "se puede dar que surjan micropicores en el párpado superior", explicó.

BASE NEUROLÓGICA

Asimismo, destacó las diferencias entre el lenguaje de gestos que se desarrolla con la parte izquierda del cuerpo y el que se lleva a cabo con la parte derecha. "La diferencia entre ambos tiene una base biológica que radica en el cerebro. La validación neurológica estriba en que las órdenes del hemisferio derecho van fundamentalmente al lado izquierdo; y, viceversa, las del hemisferio cerebral izquierdo van al lado derecho".

Pero el 'quid' está en qué funciones desempeñan uno y otro hemisferio. "El izquierdo se ocupa más del control, de la lógica, de lo racional, lo matemático, el orden, del lenguaje y de los detalles; mientras que el derecho gestiona en mayor medida las emociones, las artes, la intuición, la creatividad y la visión global de las cosas". Por este motivo, al observar la gestualidad de un lado u otro del cuerpo se puede observar si la persona está manteniendo un comportamiento más racional o controlado o de otro modo, está relajado y atiende más a las emociones.

"Los gestos con la derecha, atienden a una base más racional, de control, mientras que los de la izquierda están más relacionados con lo emocional y lo intuitivo", concluyó.