MADRID 6 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Clínica Mayo han descubierto que ciertas características estructurales del tejido de las mamas indican el riesgo individual de una mujer de padecer cáncer. El estudio muestra que los acinos glandulares, los pequeños elementos que producen la leche en los lóbulos de las mamas, pueden tenerse en cuenta en las muestras de biopsias. Los resultados del estudio se publican en la edición digital de la revista 'Journal of Clinical Oncology'
Según los autores del trabajo, el porcentaje de acinos presente por lóbulo a una determinada edad indica el riesgo de cáncer. Los investigadores señalan que este método es más exacto en la predicciónn del riesgo de un individuo individual que el modelo Gail del Instituto Nacional del Cáncer estadounidense.
"Además de los indicadores de heredabilidad, no existe un indicador independiente eficaz del riesgo de cáncer de mama. Este modelo de estimación del riesgo basado en nuevo tejido de cada individuo podría proporcionar una estrategia fiable", explica Lynn Hartmann, responsable del estudio.
Los científicos analizaron estructuras de tejido de 85 pacientes con cáncer de mama y examinaron biopsias de mama no cancerosas anteriores de las mismas mujeres. Las compararon con 142 muestras de mujeres con edad similar de un grupo de estudio sobre el cáncer de mama benigno, un depósito biológico de tejido de biopsias benignas.
Después, los investigadores desarrollaron un modelo y probaron una predicción del riesgo para cada paciente. Para cada mujer, utilizaron el modelo Gail para realizar predicciones de riesgo a cinco años. Aunque el modelo Gail es útil para determinar el mayor riesgo en grupos de mujeres, el modelo sólo es ligeramente mejor que la probabilidad cuando se trata de predecir el riesgo de cáncer en una persona en concreto.
Según señala Hartmann, "las mujeres que eran más propensas a desarrollar el cáncer de mama tenían lóbulos de mayor tamaño con más acinos glandulares". Además, a medida que las mujeres cumplían años, en especial al aproximarse a la menopausia, el riesgo de cáncer de mama disminuía debido a que los lóbulos y los acinos iban desapareciendo. Este proceso natural, llamado 'involución', se encuentra en el corazón de este factor de riesgo".
Hartmann indica que si los lóbulos no han desaparecido en gran medida para cuando la mujer tiene los 55, su riesgo de cáncer se triplica. Al examinar de cerca las estructuras en una muestra de gran tamaño de tejidos benignos, los investigadores pudieron identificar medidas estándar del tamaño de los lóbulos y el número de acinos en su interior. Este método doble condujo al desarrollo de métricas exactas sobre las que basar el riesgo individual.
Los investigadores esperan que este nuevo modelo, en combinación con otras informaciones y evaluaciones en las pacientes, ayude a mejorar en gran medida la capacidad de los médicos para predecir el riesgo de cáncer en cada paciente.