MADRID, 25 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Organización Médica Colegial (OMC) exige a las autoridades sanitarias que la vacuna para la gripe A/H1N1 obtenga la aprobación definitiva cuando demuestre una "seguridad contrastada" y confía en que no salga al mercado con precipitación ante "las excesivas espectativas" que se han puesto en ella, según destacó este martes Serafín Romero, secretario general de esta entidad.
Las autoridades sanitarias prevén que la vacuna para la gripe A/H1N1 esté lista para el próximo otoño para así poder vacunar a los grupos de población con un mayor riesgo de contagio, entre ellos los profesionales sanitarios, quienes han pedido este martes cautela a la hora de decidir el porcentaje de población que será inmunizado. "No se puede plantear la vacunación para toda la población, ninguna vacuna ofrece siempre un resultado maravilloso para todos", advirtió.
De hecho, Romero destacó, en una entrevista a Europa Press, que todavía existen "dudas e incertidumbre" sobre el grado de inmunización que podrá ofrecer y cuál será su administración. Las últimas informaciones sobre este nuevo medicamento apuntan a que se tendrá que poner en dos dosis porque "quizá la primera no ofrezca los anticuerpos necesarios para poder evitar la gripe".
En cualquier caso, lo que la OMC no quiere es que se "utilice" a los primeros en vacunarse como "grupo de prueba para ver cómo reacciona el medicamento" y confía en que a la hora de ponerla en el mercado no se tengan en cuenta "exclusivamente las prisas de encontrarnos en una situación epidémica con una alta prevalencia de casos de gravedad".
"No deben dejarse atrás los trámites para aprobar una vacuna que va a tener tanta difusión, los riesgos hay que paliarlos lo máximo posible", exigió Romero.
Toda vacuna en investigación debe pasar, antes de ser aprobada, por una serie de controles de garantías y eficacia además de un pilotaje previo en alguna población, por lo que "en condiciones normales de seguridad, el desarrollo adecuado de esta vacuna debería concluir en diciembre", explicó el secretario general de la OMC.
Además, una vez en el mercado, la vacuna debe seguir siendo investigada y comprobar la evolución de los vacunados ya que, según este experto, "es probable que la de este año no sea la mejor y para el año próximo ya haya versiones mejoradas".
No obstante, entiende en cierto modo que el desconocimiento de la población sobre la evolución del virus y las citadas "espectativas" que se está poniendo en la vacuna estén favoreciendo la "presión" de numerosos colectivos --profesorado, policías o taxistas, entre otros-- para "ponerse en primera fila" para vacunarse.
"LOS MÉDICOS DEBEN VACUNARSE"
En este sentido, los propios médicos son el colectivo que más contiene su interés por vacunarse e incluso algunos profesionales se muestran reacios a recibir una vacuna de la que, por el momento, se desconoce su efectividad. Ante esto, la OMC se muestra clara: "cuando haya una vacuna con una seguridad contrastada, se pedirá a los médicos que se vacunen en un ejercicio de responsabilidad, no sólo para no coger la enfermedad sino también para no transmitirla".
Pese a ello, Romero recordó que "no se puede obligar a nadie a vacunarse" y, de hecho, entre el 10 y el 20 por ciento de los facultativos del Sistema Nacional de Salud (SNS) no se vacunan de la gripe estacional.
Las razones pueden ser variadas, explicó, desde ser reacios a pincharse a no considerarse un grupo de riesgo o "porque no la ven segura o eficaz". Ante esta postura, el secretario general confía en que "cuando el medicamento esté en la calle sea porque el riesgo-beneficio sea menor".