MADRID 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
Médicos Sin Fronteras (MSF) asegura que la falta de acceso a una asistencia sanitaria de calidad aumenta la incidencia de la fístula obstétrica, una dolencia que se produce en los partos difíciles y afecta a unas dos millones de mujeres, la mayoría en África, de ahí que reclamen una mejor atención médica que ayude a prevenir y tratar esta afección.
Coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, que se celebra mañana martes 8 de marzo, MSF recuerda que en muchos países de África hay "innumerables" partos prolongados y obstruidos, ya que muchas mujeres dan a luz en su domicilio, lo que propicia que "cuando finalmente llegan a un hospital, a menudo es demasiado tarde no sólo para el recién nacido, sino también para la madre".
Una de las principales secuelas que deriva de estas deficiencias es la fístula obstétrica, que ocurre cuando la cabeza del bebé comprime los tejidos blandos. La falta de flujo sanguíneo causa la necrosis del tejido, provocando la formación de un canal de comunicación entre la vagina y el uréter, la vagina y el recto, o ambos.
Esta lesión provoca, a su vez, incontinencia urinaria o fecal, que hace que las mujeres con fístula vivan "avergonzadas y a menudo son rechazadas" por sus propias familias y comunidades.
Sin embargo, MSF recuerda que las fístulas son "en gran parte prevenibles" y, de hecho, ya han desaparecido en los países en desarrollo, donde el acceso a la atención obstétrica es universal.
De este modo, aseguran que es clave para evitarlas una atención prenatal adecuada para detectar embarazos de alto riesgo, sumada al acceso a una atención obstétrica de urgencia que permita practicar cesáreas en partos obstruidos.
El problema, según añaden, es que una vez se ha producido la lesión, la operación para cerrar una fístula puede ser larga y delicada, y se requiere personal quirúrgico especializado. En África sólo existen unos pocos centros dedicados a este tipo de cirugía.
PROYECTOS EN ÁFRICA
En sus proyectos en todo el mundo, los equipos de MSF atienden a mujeres con esta dolencia y, ya en 2003, realizaron sus primeras intervenciones específicas en Costa de Marfil y Chad, seguidos de Sierra Leona, Somalia, República Democrática del Congo (RDC), República Centroafricana (RCA) o Mali.
Esta respuesta puntual se sigue dando todavía hoy en RDC y en RCA, además de tres centros de tratamiento permanentes en Burundi, Chad y Nigeria.
"MSF suele trabajar en países inseguros o devastados por la guerra y por eso hacemos intervenciones cortas", explica Michiel Lekkerkerker, asesor médico de MSF, quien explica que en los 'campos de fístula', como se les conoce, se instalan durante dos meses al lado de hospitales ya existentes. Antes de montarlos, se informa a la población para que las mujeres afectadas acudan a la consulta.
Pero tratar fístulas va mucho más allá del aspecto quirúrgico, recuerda este experto, ya que estas mujeres también requieren apoyo psicosocial para reintegrarse a sus comunidades. En 2010, los equipos de MSF trataron a 1.000 mujeres afectada en los tres centros permanentes de Burundi, Chad y Nigeria.