MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS)
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado que en la ONU "la acción humanitaria queda subordinada al brazo político de la organización y ocupa un segundo plano tras los objetivos políticos de las misiones de paz", lo que se traduce en una "débil asistencia internacional" como, explican, ocurrió el pasado año en el caso de República Democrática del Congo.
Según señala uno de los artículos recogidos en la Memoria Internacional 2005/06 de la ONG al que ha tenido acceso Europa Press, "la lenta respuesta de las Agencias de la ONU ante los desplazamientos de población de finales de 2005 y principios de 2006 se relacionaron con la reticencia del Consejo de Seguridad y sus donantes a examinar la situación de esa 'provincia presidencial' por razones diplomáticas".
Este hecho, hace que la ONG se "cuestione" el resultado de la serie de reformas que Naciones Unidas puso en marcha en su seno en 2005, con motivo de "los muchos interrogantes" que se habían abierto en cuanto a la operatividad de sus programas de ayuda. Estas modificaciones "según la línea oficial de la ONU, defenderán mejor el espacio humanitario y sus principios, y mejorarán la eficacia de su respuesta a crisis", cita la memoria de MSF.
"Sin embargo, ello es cuestionable en vista del documento del Secretario General sobre visiones integradas adoptado el 17 de enero de 2006" en virtud del cual "no se trata sólo de conseguir un sistema de Naciones Unidas más sólido en el terreno, sino de asegurar una coordinación eficiente entre la misión de paz, las agencias de Naciones Unidas y las no asociadas a la ONU".
En este sentido, la reforma persigue constituir un 'cluster' o sistema de grupo por el que "el coordinador humanitario de un determinado país" moviliza a la Agencia que proceda para dar respuesta a una necesidad y ésta, a su vez, pone en marcha al resto de miembros del grupo, es decir, el resto de agencias y las ONG.
MSF ha anunciado que "no formará parte de ningún 'cluster'" y que sus acciones "no estarán bajo la responsabilidad de los coordinadores humanitarios de Naciones Unidas ni se les rendirá cuentas", entre otras cosas, porque este tipo de mecanismos tiene "limitaciones" y ejemplo de ello es lo ocurrido en Uganda, donde "el establecimiento de estructuras de coordinación (...) no contribuyó a mejorar la calidad de la ayuda".
"No sólo es poco realista creer que todos (los agentes de ayuda) pueden trabajar bajo una misma bandera, sino que en ocasiones, puede resultar arriesgado ya que algunos tienen programas ambivalentes, en los que los fines humanitarios se supeditan a fines políticos (...) y no se cubren las necesidades". Además, prosigue el artículo de MSF, "la existencia de varios enfoques de la ayuda humanitaria garantiza que si falla una estrategia no falla todo el conjunto, lo que tendría funestas consecuencias y pudo haber sido el caso de Timor Oriental o Angola".
Por todo ello, Médicos Sin Fronteras afirma que se mantiene "escrupulosamente a distancia de estos procesos" en el seno de Naciones Unidas "y confía en la independencia de valoración y de acción (...) en lugar de participar de un marco global de dudoso origen y eficacia".
CADA VEZ ES MÁS DIFÍCIL AYUDAR.
Otra de las grandes denuncias que la ONG ha publicado en la memoria que se dará a conocer mañana, es la creciente dificultad que encuentran para llevar ayuda a quienes lo necesitan en caso de conflicto armado porque se ha incrementado la "desconfianza en las organizaciones humanitarias" por parte de quienes tienen el poder de facilitarles el camino.
"La práctica de algunas ONG, contratistas privados y muchos gobiernos que hacen trabajo 'humanitario' con un objetivo político específico provoca confusión y rebaja la aceptación del carácter universal de la asistencia humanitaria" lo que, según recoge la memoria de MSF, "contribuye a crear un clima" en el que cualquier grupo opositor a los objetivos políticos subyacentes utiliza esta confusión como excusa para atacar a quienes llevan ayuda.
Este es el caso de Líbano, Darfur o Sri Lanka. En el primer caso, Médicos Sin Fronteras envió comunicados declarando su neutralidad a los bandos contendientes y consiguió abrirse camino. En el segundo, "la situación es cada vez más precaria" porque los médicos ya no pueden trasladar pacientes por carretera para cirugías de urgencia y están viendo mermada su capacidad de movimiento.
En Sri Lanka, donde en julio del año pasado fueron asesinados 17 trabajadores de Acción Contra el Hambre "el futuro de la asistencia es preocupante" porque "en medio de una brutal guerra civil" hay muchas zonas que no reciben ningún tipo de asistencia humanitaria y a las que Médicos Sin Fronteras está intentando acceder.
LA AYUDA EN CIFRAS.
La memoria anual, correspondiente al periodo entre mediados de 2005 y mediados de 2006, recoge que un 53% de los proyectos de Médicos Sin Fronteras se desarrollaron en contextos de intervención estable, un 18% en medio de un conflicto armado, un 16% en lugares con inestabilidad interna y un 13%, en sitios donde acababa de finalizar un conflicto.
Por áreas geográficas, el grueso de estas actividades se llevó a cabo en África (63%), mientras que en Asia se desarrolló un 23% del trabajo, un 7% en Europa y otro 7% en América. En correspondencia, los mayores gastos de proyectos se produjeron en el continente negro, donde se empleó un 68% de los fondos (236,5 millones de euros); en Asia se gastó un 21,8% (75,7 millones), un 5,6% en América (19,5 millones de euros) y un 3,7% en iniciativas dentro de Europa (12,6 millones).
Respecto a los programas ejecutados, destacan los 10 millones de consulta externas que realizó el personal de la ONG durante el periodo analizado, y los 2,249 millones de casos de malaria que atendieron. Asimismo, vacunaron contra el sarampión a 806.000 personas y a 361.000 contra la fiebre amarilla, entre otras actividades.
Actualmente se encuentran inmersos en una campaña contra la meningitis por la que se vacunará a más de 1,5 millones de personas sólo en el continente africano.