MADRID, 20 May. (EUROPA PRESS) -
Expertos de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) han subrayado que se espera un rebrote de fracturas por fragilidad tras el confinamiento por el COVID-19. Aunque el hecho de tener osteoporosis no aumenta el riesgo de tener coronavirus, su presencia contribuye a incrementar las comorbilidades en personas con COVID-19 y les confiere una mayor susceptibilidad a sufrir una fractura por fragilidad.
"Este hecho, junto a la evidencia de que más del 80 por ciento de las personas que han documentado la presencia de COVID-19 en España son mayores de 70 años y presenten generalmente comorbilidades, hacen aún más necesario en estos momentos una evaluación y seguimiento especialmente exhaustivo en Atención Primaria de las personas que tienen una osteoporosis diagnosticada", han señalado en un 'webinar' los doctores Rafael Micó, secretario general de SEMERGEN; Carlos Gómez Alonso, médico de la Unidad del Metabolismo Óseo del Hospital Universitario Central de Asturias; y Cristina Carbonell, médico de Familia y miembro del Grupo de Trabajo de Aparato Locomotor de SEMERGEN.
Durante esta reunión virtual, se ha planteado cómo manejar al paciente con riesgo de fractura por fragilidad en el contexto actual de pandemia por coronavirus; en concreto, como ha apuntado Micó, "se ha revisado cómo ha afectado la COVID-19 a los pacientes con fracturas previas, se ha evaluado la situación actual de ingresos por fracturas, se han descrito los déficits y mejoras que deben introducirse en la continuidad de los cuidados y la prevención de nuevas caídas en este grupo de población y se ha puesto también el acento en la adherencia al tratamiento".
Y es que, como ha detallado Micó, médico de Familia en el Centro Fontanars dels Alforins del Departamento Salud Xátiva-Ontinyent (Valencia), "uno de los principales problemas a los que se enfrentan los pacientes osteoporóticos es el cumplimiento terapéutico, ya que alrededor de un 50 por ciento abandonan el tratamiento antes de terminar el primer año".
Por ello, según la doctora Cristina Carbonell, directora de EAP Via Roma (Barcelona), "recalcar la importancia de cumplir con el tratamiento prescrito en pacientes con osteoporosis sigue siendo clave, y más aún en estos momentos"; y es que, añade, "cuando se abandona el tratamiento se pierde gran parte del beneficio obtenido". A su juicio, "un adecuado seguimiento telefónico o a domicilio del paciente ayuda a minimizar este problema, así como a evitar nuevas fracturas".
Pero, además, se ha puesto de relieve que los pacientes con osteoporosis que reciben tratamiento para hacer frente a esta enfermedad y evitar sus complicaciones (las caídas y fracturas óseas) parecen mostrar una respuesta diferenciada respecto a la población general frente a la COVID-19. Como ha expuesto el doctor Carlos Gómez, "los pacientes con osteoporosis en tratamiento médico pueden tener ciertas ventajas respecto a los no tratados".
En concreto, se ha demostrado que la vitamina D modula el sistema inmune. Según ha citado Gómez, "hay un estudio ecológico por países que sugiere una mayor mortalidad por COVID en función de sus niveles de vitamina D, así como otros que documentan generalmente valores de vitamina D más bajos en pacientes con COVID". Actualmente, hay en marcha numerosos ensayos clínicos para testar esta hipótesis.
Junto a esto, se cuenta actualmente con varios estudios que demuestran una mejor supervivencia en la UCI, sea cual sea el motivo de ingreso, en los pacientes con tratamientos previos con bisfosfonatos. Además, estudios experimentales en animales muestran que el ácido zoledrónico puede aumentar la esperanza de vida en estos casos. Por su parte, denosumab, debido a su efecto sobre células monocito-macrófagos y como inhibidor de diferenciación osteoclástica, podría modular la respuesta hiperinmune observada en la COVID-19.