MADRID 2 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un fármaco aprobado por la agencia norteamericana del medicamento (FDA, en sus siglas en inglés) para el tratamiento del asma mejora la función cognitiva en un modelo de ratón con síndrome de Down, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, y publicado en 'Biological Psychiatry'.
La droga, un fármaco para el asma llamada formoterol, provoca el fortalecimiento de las conexiones nerviosas en el hipocampo, un centro cerebral utilizado para la navegación espacial, prestando atención y promoviendo la formación de nuevos recuerdos, según el estudio. También mejoró el aprendizaje contextual, en el que el cerebro integra la información espacial y sensorial.
Tanto la función del hipocampo como el aprendizaje contextual, que se ven afectados en el síndrome de Down, dependen del buen suministro del neurotransmisor norepinefrina que tiene el cerebro. Este neurotransmisor envía su señal a través de varios tipos de receptores en las neuronas, incluyendo un grupo llamado beta-2 receptores adrenérgicos.
"Este estudio proporciona la primera prueba de concepto de que la orientación de los receptores beta-2 adrenérgicos para el tratamiento de la disfunción cognitiva en el síndrome de Down podría ser una estrategia eficaz", dijo Ahmed Salehi, autor principal del estudio y profesor asociado clínico de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento.
El síndrome de Down, que es causado por una copia extra del cromosoma 21, da lugar a problemas tanto físicos como cognitivos. Si bien muchos de los problemas físicos, como la vulnerabilidad a tener problemas de corazón, ahora pueden ser tratados, no existe terapia para la mala función cognitiva. Como resultado, los niños con síndrome de Down tienen atrasado el desarrollo cognitivo en comparación con sus pares.
Además, los adultos con síndrome de Down desarrollan Alzheimer, un tipo de patología en el cerebro principalmente de las personas mayores, a los 40 años de edad. El síndrome de Down afecta a cerca de 400.000 personas en Estados Unidos y a seis millones en todo el mundo.
En la investigación del síndrome de Down antes, los científicos han visto el deterioro del centro del cerebro que fabrica la norepinefrina, en personas con síndrome de Down y su modelo de ratón. Trabajos anteriores por el equipo de Salehi mostraron que la administración de un precursor de la norepinefrina podría mejorar la función cognitiva en un modelo de ratón genéticamente modificado para simular el síndrome de Down.
El nuevo estudio refinó este trabajo al orientarse sólo a un grupo de receptores que responden a la norepinefrina: los receptores beta-2 adrenérgicos en el cerebro. Los investigadores comenzaron dandoa ratones un compuesto que bloquea la acción de beta-2 adrenérgicos fuera del cerebro.
A continuación, administraron a los ratones formoterol, un fármaco que puede cruzar parcialmente la barrera sangre-cerebro y que ya se sabe que activa los receptores beta 2 adrenérgicos. Dado que las personas con síndrome de Down son propensos a problemas del corazón, los expertos evitan la activación de un grupo diferente de receptores sensibles a la noradrenalina, los receptores beta-1 adrenérgicos, que predominan en el corazón.
Los científicos notaron una mejoría en una prueba estándar de aprendizaje contextual en ratones. En este test, el cerebro integra la información sensorial y espacial de recordar la disposición de un entorno complejo: por ejemplo, una persona que utiliza sonidos, olores y lugares para recordar la ubicación de una tienda en un centro comercial está utilizando el aprendizaje contextual. Los investigadores también vieron más sinapsis y una estructura más compleja de las dendritas, los extremos salientes de los nervios, en el hipocampo después de que los ratones afectados recibieran formoterol, durante un máximo de dos semanas.
Se necesitan más pruebas para determinar si formoterol podría ser un tratamiento adecuado para las personas con síndrome de Down o la posibilidad de utilizar otro fármaco que activa los mismos receptores, dijo Salehi. La dosis utilizada en este estudio fue muchas veces mayor que la usada para el tratamiento del asma, advirtió, por lo que no se sabe si es seguro.
Una dosis más baja podría funcionar, al igual que podría ser más seguro y eficaz en seres humanos otros medicamentos que afectan a los receptores adrenérgicos beta-2. Los investigadores también quieren explorar qué partes del aprendizaje, absorber nueva información o formar recuerdos, están afectadas por el tratamiento farmacológico.
La investigación previa para mejorar la función cognitiva en niños con síndrome de Down a veces ha suscitado preocupaciones de las familias acerca de que los tratamientos cognitivos podrían alterar los atributos positivos de la personalidad de estos niños, pero Salehi dijo que ese no es el objetivo de la investigación de su equipo.
"Nuestro objetivo es permitir a estos niños les vaya mejor en la escuela --aseguró Salehi--. Definitivamente no es para cambiar su personalidad o la forma en que reaccionan a la sociedad. Un cambio de la personalidad del niño sería mucho más complicado que la activación de un subgrupo de receptores en el cerebro".