MADRID 12 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado por investigadores del Hospital Infantil de Carolina del Norte, en Estados Unidos, ha descubierto que los padres de niños obesos o con sobrepeso no reconocen este problemas en sus hijos y que varios trucos sencillos para los pediatras son efectivos para hacer que los padres reaccionen y reduzcan estos riesgos en casa.
Según la líder de este estudio, Eliana Perrin, profesora adjunta de Pediatría de la Universidad de Carolina del Norte, "los médicos no suelen tener tiempo para hablar de sobrepeso con los padres. No tienen herramientas para hacerlo".
Además, señala, "los padres no reconocen los problemas de peso de sus hijos o no saben cómo hacerlo mejor. Incluso, si lo hacen, a menudo encuentran obstáculos para comer de forma más saludable o para que la familia realice más actividad física".
El estudio de Perrin es el primero que muestra evidencias de que la valoración que realizan los padres sobre el peso de sus hijos pueden cambiarse. Según esta investigadora, "han encontrado un método que pueden ayudar a contener la epidemia de obesidad" y que se basa en el uso de unos registros de colores que, como semáforos, señalan la masa corporal del niño y ayudan a los padres a entender la frecuente confusión que se produce a la hora de realizar estas mediciones.
Para comprobar la efectividad de este método, el equipo de Perrin entrenó a un grupo de pediatras sobre cómo utilizar los registros de colores y una revisión de un cuestionario denominado 'Comenzar a Hablar', diseñado originalmente por Alice Ammerman, directora del Programa de Promoción de la Salud y la Prevención de Enfermedades de la Escuela Gillings de Salud Pública Global, de la Universidad de Carolina del Norte (UNC) y coautora de este trabajo.
Se interrogó a los padres sobre el peso de sus hijos y las conversaciones que había mantenido con los médicos sobre este asunto.
El formulario de 'Comenzar a Hablar' usado en este estudio, tras se revisado por Perrin, preguntaba a los padres sobre hábitos alimenticios no saludables, como el consumo de 'snacks' azucarados, refrescos, comidas en los restaurantes y tiempo que el niño pasa frente a una pantalla, con la televisión o los videojuegos. También preguntaba a los padres si estaban listos para realizar cambios.
Estos pediatras fueron formados para mostrar a los padres el peso de sus hijos en un registro de colores y aleccionados para usar las respuestas de los padres en el cuestionario para animar a los padres a debatir sobre los hábitos nutricionales y actividades más saludables.
En este trabajo participaron un total de 115 niños entre los 4 y los 12 años, que tenían cobertura de Medicaid o el Programa Estatal de Seguros Sanitarios. El cuestionario de 'Comenzar a Hablar', así como las preguntas sobre el peso de los niños, fueron repetidos al mes de iniciarse el estudio y a los tres meses de seguimiento.
Los resultados mostraron las mejoras más significativas de las dietas entre los niños con sobrepeso. En el seguimiento, mostraron ser más propensos que los niños con un peso normal a beber leche desnatada y los que decidieron restringir más las comidas en restaurantes.
En genera, los niños mejoraron en el consumo de frutas y verduras, redujeron su ingesta de refrescos y 'snacks' poco saludables, bebieron más leche baja en gradas y redujeron el tiempo frente a la pantalla.
En la primera visita, todos los padres con niños de peso sano percibieron con precisión el peso de sus hijos. Sin embargo, sólo el 57 por ciento de los padres de niños con sobrepeso lo hicieron. Eso mejoró mucho para el 74 por ciento en el tercer mes de seguimiento.
Según Perrin, se midió el índice de masa corporal (IMC) y se realizó un seguimiento de este dato y fueron pocos los niños que aumentaron su sobrepeso, mientras que muchos lograron tener un peso más saludable, pero en este corto estudio no se registraron mejoras significativas en el peso de los participantes.
A juicio de esta investigadora, "el trabajo debería ser repetido y ampliado, y debería determinar si las mejoras en la percepción que tienen los padres del sobrepeso de sus hijos motiva a las familias a mejorar sus conductas y en último término, lleva a conseguir con el tiempo un peso más saludable".