La mayoría de pacientes sobreviven al cáncer papilar de tiroides

Actualizado: martes, 18 mayo 2010 13:43

MADRID 18 May. (EUROPA PRESS) -

Investigadores del Colegio Médico y el Instituto de Política Sanitaria y Práctica Clínica de Dartmouth, en Hanover (Estados Unidos), aseguran que las personas con un cáncer papilar de tiroides no diseminado pueden sobrevivir a esta enfermedad con independencia de que reciban o no tratamiento después de ser diagnosticados, según los resultados de un estudio publicado en el 'Archives of Otolaryngology-Head & Neck Surgery', una de las revistas del 'Journal of the American Medical Association' (JAMA).

Este estudio analizó los registros del Instituto Nacional de Cáncer estadounidense e identificó a un total de 35.663 pacientes con cáncer papilar de tiroides que, en el momento del diagnóstico, no se habían diseminado a los ganglios linfáticos.

De estos, sólo el 1,2 por ciento (440 pacientes) no se sometío a un tratamiento inmediato y como consecuencia, tras unos seis años de seguimiento de media, sólo seis murieron de cáncer. En el grupo mayoritario de los si tratados (35.223), fallecieron en el mismo periodo un total de 161 personas, por lo que la tasa de mortalidad fue similar en ambos grupos.

Igualmente, comparando las tasas de supervivencia a 20 años en ambos casos se observa que en los que recibieron tratamiento era de un 99 por ciento, frente al 97 por ciento de quienes no fueron tratados.

Según los autores, "estos datos demuestran que si el cáncer sólo afecta a la glándula tiroidea y no hace metástasis el poco probable que acabe provocando el fallecimiento de estos pacientes".

Por lo tanto, añaden "médicos y pacientes pueden estar tranquilos si se opta por hacer un seguimiento durante un año para ver si se ha diseminado y elegir el tratamiento a utilizar, bien tiroidectomía total o de parte de esta glándula, ya que el pronóstico será el mismo".

La incidencia del cáncer papilar de tiroides se ha triplicado en los últimos 30 años, pese a que hace unos años su diagnóstico era bastante tardío y, de hecho, se solía detectar a la horar de realizar una autopsia a pacientes que fallecieron por otras causas.