MADRID, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
El director del Instituto de Medicina Sexual (IMS), Mariano Roselló, asegura que la mayoría de los hombres con curvatura del pene no buscan asistencia médica y no recibe tratamiento, a pesar de que casi 4 de cada 10 tiene relaciones sexuales insatisfactorias o dolorosas debido a este trastorno.
Así lo ha asegurado este experto tras una revisión de estudios de su centro, con los que también ha constatado la dificultad de dar un dato de incidencia de este trastorno, ante la disparidad de los datos recopilados.
A su juicio, esta patología afecta "al menos a 1 de cada 20 hombres" pero, según un estudio publicado en 'Current Urology Reports', la incidencia podría ser de entre un 3 y 8 por ciento de la población masculina. En cambio, otras investigaciones arrojan incluso cifras más elevadas, como la publicada en octubre de 2011 en la revista 'Advances in Urology', según la cual, "los síntomas afectan al 13 por ciento de los hombres mayores de 18 años".
Los investigadores del Instituto RTI Health Solutions de North Carolina (EE.UU) destacan que la incidencia real de la enfermedad es muy superior a la del diagnóstico, ya que sólo el 0,5 por ciento visitó al especialista, según una encuesta realizada a 11.400 norteamericanos. Además, casi 4 de cada 10 encuestados señalaron que los síntomas interferían en su actividad sexual de forma notable.
En cualquier caso, el doctor Rosselló Barbará asegura que "se trata de un trastorno infradiagnosticado" y, a su juicio, "muchos pacientes se resignan antes que buscar asesoramiento médico, en parte por vergüenza y en parte porque desconocen que se puede tratar".
Una investigación publicada en febrero en la revista 'Journal of Andrology' subraya la falta de información sobre esta enfermedad como una de las causas del bajo diagnóstico. De igual modo, otro de los factores que dificulta el diagnóstico es que "a menudo se omite el interrogatorio sobre función sexual y la exploración genital en las consultas, bien por falta de tiempo o por desconocimiento", añade el director del IMS.
Su origen se desconoce con exactitud, aunque son muchos los factores que pueden estar implicados en ella, como predisposición genética, problemas vasculares, infección, ingestión de determinados fármacos, diabetes, hipertensión, sondajes, etc.