SEVILLA 3 May. (EUROPA PRESS) -
Especialistas reunidos en Sevilla desde este jueves, en el marco del 40 Congreso Sociedad Andaluza de Nefrología (SAN), han advertido de que más de la mitad de los pacientes renales fallecen a causa de complicaciones cardiovasculares, ya que, según argumentan, un corazón enfermo puede suponer unos riñones enfermos y viceversa.
Según ha explicado la presidenta de la SAN, Mercedes Salgueira, miembro además del Servicio de Nefrología del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, en la actualidad más de 600.000 andaluces padecen enfermedad renal crónica, una patología que afecta a alrededor del 10 por ciento de la población española y cuya prevalencia aumenta con la edad.
"A partir de los 60 años, una de cada cinco personas sufre enfermedad renal crónica", ha dicho esta especialista, quien ha sostenido además que patologías tan extendidas como la diabetes, la hipertensión o la obesidad "son otros factores de riesgo que pueden acabar dañando los riñones de forma irremediable si no son tratados adecuadamente".
Ha admitido que la enfermedad renal crónica ERC es una patología en la que sólo aparecen síntomas cuando el paciente ha alcanzado un estadio avanzado de la enfermedad. Sin embargo, ha afirmado que el diagnóstico precoz es "fácil", ya que basta con un análisis de sangre y otro de orina. "Si detectamos el riesgo en estadios iniciales se puede actuar para frenar su progresión o ralentizar su curso, así como prevenir o minimizar el riesgo cardiovascular", ha proseguido.
UNOS RIÑONES ENFERMOS PUEDEN SUPONER UN CORAZÓN ENFERMO
Según la presidenta de la SAN, la población general "aún no es consciente" de la "estrecha relación" que guardan el corazón y el riñón. "Quienes deben vigilar atentamente su función renal, y muchas veces no lo saben, son aquellas personas que padecen enfermedades cardiovasculares, porque un corazón enfermo puede suponer unos riñones enfermos y viceversa, lo que se conoce como síndrome cardiorenal", ha alertado.
Así, los pacientes con ERC presentan un riesgo elevado de complicaciones cardiovasculares, por lo que la posibilidad de que el paciente muera en cualquier estadio de la enfermedad es mayor que la posibilidad de entrar en diálisis o trasplante. "Un paciente con ERC tiene incluso más probabilidades de sufrir un evento de tipo cardiovascular que de llegar a necesitar un tratamiento sustitutivo", manifiesta esta especialista.
Con el fin de prevenir el desarrollo de la ERC y la aparición del síndrome cardiorenal, los especialistas abogan por una serie de hábitos de vida saludables, como moderar el consumo de sal y grasas saturadas, evitar el sobrepeso y la obesidad, hacer ejercicio de forma regular y no fumar.