MADRID, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
Más de dos millones y medio de hombres padecen disfunción eréctil en España, pero sólo unos 300.000 se someten a tratamiento, según el Atlas de la enfermedad en España, que muestra que el 18,9 por ciento de los varones entre 25 y 70 años sufre esta enfermedad.
La principal razón por la que se produce este elevado infradiagnóstico es por la "vergüenza" que experimentan los hombres a la hora de reconocer su problema y que, al mismo tiempo, hace que muchos eviten ir al médico pensando que es una consecuencia "lógica" del envejecimiento.
Una creencia errónea ya que, tal y como ha comentado a Europa Press el responsable de la Unidad de Andrología y Cirugía reconstructiva uretro-genital del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid y de la Unidad de Urología del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, Enrique Lledó García, es una enfermedad que puede ser diagnosticada y, además, existen varios tratamientos que consiguen mejorar la calidad de vida del paciente.
En concreto, la disfunción eréctil es la incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria. Su origen puede deberse a múltiples factores que van desde la diabetes o enfermedades vasculares, entre otras, hasta la cirugía radical de próstata.
Además, tal como señalan los médicos participantes en el estudio, la disfunción eréctil puede actuar como síntoma centinela, avisando de la existencia de otros trastornos graves como pueden ser las enfermedades cardiovasculares.
"Esta enfermedad se puede prever y reducir, pero es necesario que haya más campañas de educación sanitaria, igual que se hace con la patología vascular porque la disfunción eréctil es consecuencia de dicha patología. Además, es importante concienciar sobre la importancia de llevar a cabo un estilo de vida saludable ya que de esta forma se puede reducir la aparición del problema y, también mejorar la repuesta al tratamiento en aquellos casos en los que ya ha sido necesario empezarlo", ha comentado el experto.
Asimismo, el Atlas de la enfermedad ha desvelado que el 35,4 por ciento de los pacientes consultan información relacionada con la patología a través de Internet, y por delante del médico de Atención Primaria. Ante esto, Lledó García ha abogado por realizar campañas de formación continuada a estos profesionales sanitarios por parte de especialistas, ofreciéndoles información sobre la prevalencia de la enfermedad, los medios de diagnósticos y las posibilidades de tratamiento.
FORMACIÓN ESPECIALIZADA A MÉDICOS DE ATENCIÓN PRIMARIA
En este sentido, el estudio ha abogado también por promover la formación continuada a los médicos de Atención Primaria en el abordaje de la disfunción eréctil y, al mismo tiempo, elaborar material informativo para los propios médicos y cuestionarios específicos para el diagnóstico.
Respecto a las terapias, el especialista ha informado de que el principal tratamiento es el farmacológico, seguido del inyectado. No obstante, alrededor del 15 por ciento de los pacientes no responden bien a estas técnicas y necesitan someterse a un implante de pene, dispositivos que permiten al hombre conseguir la erección en el momento que lo decida y mantenerla durante el tiempo deseado.
Entre estos dispositivos destaca el llamado 'implante hidráulico de tres piezas', que consta de un par de cilindros que se colocan en el pene y una pequeña bomba situada en el escroto. Mediante la misma, se acciona un depósito que se coloca bajo los músculos del abdomen y que envía a los cilindros insertos en el pene la cantidad de líquido suficiente para proporcionar erecciones rígidas.
Estos implantes permiten al hombre recuperar su vida sexual de forma rápida, y presentando un alto grado de satisfacción. De hecho, según el estudio, el 92 por ciento de los hombres que se han sometido al implante reconoce que esta solución permanente ha mejorado su calidad de vida y el 96 por ciento de las parejas se muestran satisfechas.
En ese sentido, tal y como ha mostrado el atlas, lo que más valora el hombre de un tratamiento es que la respuesta sea rápida y volver a tener un rendimiento sexual como el de antes. "Hay que empezar por el tratamiento farmacológico pero existe un 15 por ciento de los pacientes que no responden bien y que, por tanto, son ya candidatos a este tratamiento que aunque es ya quirúrgico es muy eficaz", ha zanjado Lledó García.