MADRID, 29 May. (EUROPA PRESS) -
Más del 70 por ciento de los mayores de 50 años presenta signos de artrosis en alguna parte del cuerpo, siendo la causa más común de incapacidad en las personas de edad avanzada, según ha asegurado la geriatra del Hospital de Salamanca, Carmen Pablos, quien ha explicado que, aunque puede afectar a todas las articulares se produce con mayor frecuencia en las manos, rodillas, caderas y columna vertebral.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la artrosis es la cuarta enfermedad que más calidad de vida resta a los pacientes por cada año vivido. Causa dolor e incapacidad funcional. "Generalmente no es posible prevenir completamente la enfermedad. Para reducir la gravedad y los efectos que la artrosis causa se recomienda controlar el peso en valores normales para la altura y la estructura corporal, mantenerse físicamente activo y evitar la sobrecarga excesiva en las articulaciones a medida que se envejece", ha apostillado el geriatra del mismo hospital, Alfonso González Ramírez.
En concreto, las enfermedades reumáticas más frecuentes en la población anciana son la artrosis, la artritis inflamatoria, la polimialgia reumática y arteritis de la temporal, la osteoporosis y la osteomalacia. En este sentido, la experta ha reconocido que "no es fácil" conocer cuál es la prevalencia de cada una de ellas, ya que depende de la localización y de la importancia que se le otorgue a la radiografía o a la clínica en los criterios, así como de la edad y sexo de los sujetos.
Lo que sí parece estar claro, prosigue, es que afecta sobre todo a mujeres en las manos, rodilla y cadera y puede deberse a los bajos niveles de estrógenos por la menopausia. Ante esto, los expertos han avisado de que los principales factores de riesgo son la obesidad, la edad, ser mujer, las actividades que se realizan en la vida diaria, la densidad mineral ósea, así como los factores nutricionales.
"Gran parte del abordaje de las enfermedades reumáticas radica en su correcto diagnóstico. El tratamiento debe ser individualizado y ajustarse a la articulación afectada. Los objetivos principales del tratamiento de la artrosis son controlar la sintomatología, mantener la función articular y reducir al máximo la progresión de la enfermedad", ha comentado González Ramírez.
Para ello, la experta ha aseverado que existen tres grupos terapéuticos: aquellos que reducen la sintomatología del paciente; los que reducen, frenan o revierten la destrucción del cartílago articular; y el tratamiento quirúrgico consistente en un lavado articular, osteomía o prótesis.
En relación al primer tipo de tratamiento, la terapia no farmacológica se centra fundamentalmente en terapia ocupacional encaminada a la educación sanitaria que explique al paciente soluciones para reducir la carga que soportan las articulaciones; disminución de peso que reduce síntomas y retrasa la destrucción del cartílago; uso de bastones; ejercicio aeróbico; ultrasonidos, infrarrojos o baños de parafina, etcétera. Sobre la terapia farmacológica se trata de medicamentos para controlar el dolor y otros dirigidos a preservar el cartílago articular y frenar así la evolución de la enfermedad.