MADRID 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las repercusiones de la crisis sobre la salud son mayores en las mujeres que en los hombres, explica la responsable de desarrollo profesional en la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la doctora Milagros González, quien destaca que un 44 por ciento de la población femenina sienten que su estrés y ansiedad ha aumentado a raíz de los problemas económicos, en gran medida porque tiene más obligaciones en el hogar y una situación laboral más precaria.
Estas repercusiones afectan a mujeres tanto de poblaciones desarrolladas como subdesarrolladas, señala esta experta en una entrevista Europa Press, quien destaca que, aunque quizá no por igual, las repercusiones se ven en las diferentes esferas sociales y edades, ya que se ha observado un menor grado de estrés en aquellas mujeres en paro con prestación de desempleo que las que ya no reciben ayuda económica.
Así, recuerda que son las mujeres quienes se han visto más afectadas, bien porque suelen verse obligadas a dejar su trabajo, o reducir su jornada debido a que deben atender a la familia, algo que se da sobre todo en situación de dependencia familiar que por la crisis ya no puede ser atendidos por los servicios externos.
"El perfil de mujer sería aquel en un puesto inferior para el que tiene capacitación, que no trabaja a tiempo completo y que debe dedicarse a tareas del hogar y asistencia de sus hijos y mayores; el rango de edad se encontraría entre los 45 y 55 años", señala esta experta, que ha participado en la sesión inaugural con este miércoles del XIII Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer (SAMEM), que se celebrará hasta el próximo viernes en Madrid.
Las enfermedades más observadas serían aquellas como son los desordenes mentales, ansiedad y depresión, además explica que diversos estudios han mostrado un aumento de mortalidad, en una gran parte debido a los suicidios. Asimismo, se ha relacionado con un mayor riesgo de infecciones, diabetes, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares, y muerte prematura.
"Se ha observado que el estrés por la crisis ha influido de manera negativa en aquellas que tienen una patología de base. En mujeres asmáticas se ha notado que la ansiedad empeora la evolución de la enfermedad y en diabéticas que se descompensan sus niveles de glucosa y aumenta el insomnio", explica.
En su opinión debe de realizarse una atención directa desde el conocimiento de la situación, así señala que "desde la Atención Primaria que es la puerta de entrada al sistema sanitario se debería de tener una especial sensibilización a la situación especial de crisis".
Así, añade, ante pequeños signos de alarma que puedan indicar que la paciente pueda tener depresión, "hay tratar de investigar un poco al paciente, ya que muchas veces la persona que vive una situación de desempleo se siente avergonzada".
De esta situación, explica, no se libran las mujeres más jóvenes, ya que "se ven afectadas ante la incertidumbre laboral, y el alto porcentaje de paro que hay entre la población juvenil".
Las consecuencias de la crisis van más allá, explica, puesto que se ha visto como en las mujeres más afectadas se corre el riesgo de iniciarse en el abuso de consumos tóxicos, como es el alcoholismo o el tabaquismo; además, recuerda la crisis también influye en la alimentación femenina, ya que visto que son muchas las mujeres que han cambiado sus hábitos de compra, lo que les ha llevado al consumo de alimentos menos saludables y, en consecuencia, un aumento de la obesidad en esta población.