PALMA DE MALLORCA 1 Abr. (EUROPA PRESS) -
Unos 2.200 profesionales de la sanidad pública balear se concentraron hoy en la Plaza España de Palma para expresar su profundo rechazo al decreto del catalán en la sanidad, que concede un plazo de tres años a este colectivo para acreditar el conocimiento del catalán, al entender que supone una exclusión y piden que se considere un mérito y no un requisito el conocimiento de esta lengua.
A la concentración también acudió la plana mayor del PP balear, encabezada por la presidenta de los 'populares' de Baleares, Rosa Estaràs, la ex consellera de Salud, Aina Castillo, y el secretario general del partido, Guillem Estarellas, quienes se sumaron a las voces de las más de 2.000 personas, según fuentes policiales -3.500 según los organizadores-, que exigieron una derogación del decreto y pidieron al unísono la dimisión del conseller de Salud, Vicens Thomàs, quien ayer amplió de dos a tres años el tiempo que el Govern exime a los profesionales del conocimiento del catalán para trabajar en la sanidad.
En declaraciones a los periodistas, el secretario general del Sindicato de Médicos, Isidro Torres, señaló que, además de las 40 personas de Eivissa que ya han anunciado que se marcharán del archipiélago como consecuencia de la publicación del decreto, en Mallorca una veintena de profesionales sanitarios ya han manifestado que también se irán aunque "nos tememos un goteo constante".
No obstante, el secretario general del Sindicato de Enfermería Satse, Jorge Tera, señaló que el peor "efecto" será el que se producirá en los médicos y enfermeros de otras comunidades, entre los que tendrá un "efecto demoledor" puesto que "dejarán de venir en los próximos años".
Por su parte, Estaràs solicitó la dimisión de Thomàs puesto que el conseller, consideró, "ha faltado al sentido común" ya que, además de aprobar el decreto, ha realizado encuestas al personal sanitario "pidiendo su ideología política", con lo que se ha "politizado la sanidad".
"FLACO FAVOR" A LA NORMALIZACIÓN DEL CATALÁN
La concentración comenzó a las 18.00 horas en la plaza de la capital balear y en el acto se pudieron escuchar lemas como 'La imposición no es solución', 'Castellano, catalán, lo primero es calidad' o 'Normalización sin imposición'.
En la manifestación una enfermera y un médico miembros de los sindicatos convocantes, Ana Tobes y Chema Bravo, respectivamente, procedieron a la lectura de un manifiesto bilingüe que aseguraba que el decreto no responde a una necesidad creada por "problemas de comunicación" por lo que "es excluyente".
Asimismo, incidieron en que el documento aprobado el pasado viernes por Consell de Govern hace un "flaco favor" a la normalización de la lengua catalana. En este sentido, señalaron que hay personas que pueden conocer el catalán sin tener el certificado que así lo acredite. En este sentido, sostuvieron que el Govern debería "preguntar al 70 por ciento de los mandos y directivos" elegidos por el Ejecutivo para "gestionar los centros sanitarios de Baleares".
Por otra parte, indicaron que al Ejecutivo autonómico no "le exime de responsabilidad la triste y bochornosa circunstancia" de que el decreto "se lo hayan impuesto a sus socios" del Pacte y calificaron este hecho como una "claudicación".
El Servei Balear de Salut (Ib-Salut) dictó ayer la resolución que hace vigente la exención de dos años que el Decreto de Catalán en la sanidad marca para que los facultativos puedan acreditar el nivel B de lengua catalana, aunque éstos dispondrán de tres años (2009-2012) prorrogables para acogerse a esta ventaja, según anunció en rueda de prensa el conseller de Salud y Consumo, Vicenç Thomàs.