MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de AMYTS, Julián Ezquerra, se ha dirigido mediante una carta al consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, para transmitirle el "profundo malestar" que ha generado entre los facultativos la aplicación de las 37,5 horas semanales.
En la misiva, Ezquerra parte de la idea de que AMYTS "no compartía que el incremento de horario se tradujera en una disminución de las retribuciones del facultativo" y que así lo manifestaron "desde el principio". No obstante, explica que dio su conformidad a esto porque entendía que podía suponer "un beneficio importante para los facultativos".
De esta manera, se refiere a la conservación de empleo, a la consolidación de las OPEs pendientes de resolución, a la convocatoria de las OPEs de Medicina de Familia y Pediatría de Atención Primaria, a la movilidad voluntaria y a la creación de una comisión de seguimiento con el fin de que el colectivo "sufriera la menor incidencia posible".
Sin embargo, asegura que las sucesivas reuniones de la comisión de seguimiento, "en teoría destinadas a gestar unas instrucciones que diesen coherencia y equidad a la aplicación de la nueva jornada", no han hecho, a su juicio, "sino mostrar la enorme complejidad e injusticia del modelo escogido para gestionar la nueva jornada: la detracción de masa salarial y la supeditación de la actividad asistencial a dicho fin".
Así, han señalado que si sobre el papel la aplicación parecía "clara", la realidad se está mostrando mucho "más dura" pues surgen "constantes dudas que, tan pronto son resueltas, generan otras nuevas más complejas y difíciles". Además, asegura que las excepciones se han convertido en la norma y denuncia la descoordinación entre direcciones generales, gerentes, directores médicos y directores de centros de salud.
La carta continúa con la explicación de que no se ha podido cerrar una aplicación consensuada para el SUMMA 112 y SAR. "Y esto es así desde el inicio, al considerar que un trabajador a turnos con 90 noches hace más horas que el mismo trabajador con 42 noches en Atención Hospitalaria", explica.
PROBLEMAS CON LAS GUARDIAS
Según señala, es en el ámbito de Atención Hospitalaria, "con múltiples centros, cada uno con decenas de unidades y servicios diferentes, donde se llega al paroxismo del absurdo" pues asegura que hay personal sin guardias, con guardias solo de tarde, con guardias solo de noche, o con guardias solo de fin de semana.
También los hay, prosigue, con guardias localizadas, con solo una guardia al mes, con meses con varias guardias y otros con ninguna, con prolongaciones de horario, con sesiones clínicas y comisiones fuera del horario 'ordinario', unas "situaciones que solo representan una escasa muestra" de las que podrían mencionar.
En este contexto, la aplicación de la nueva jornada "está dando lugar a la aparición de nuevos elementos de agravio que ahondan las diferencias históricas previas, y que están suscitando un profundo malestar entre los facultativos". "Ya no es solo una cuestión de dinero lo que está en juego, es dignidad y derechos", apostilla.
Asimismo, añade que parece que en algunos casos son los propios gerentes o directores médicos "los que se inhiben de los problemas expuestos, trasladando a esta organización la responsabilidad de los mismos por haber dado su conformidad inicial".
"Si a esto se suma la mala difusión y la escasa información que en Atención Primaria se ha dado, haciéndose tarde y por quienes no deberían hacerlo, con falta de concreción de sus instrucciones, lo que está facilitando también la disparidad en la interpretación de las mismas, se entenderá el profundo malestar y desconcierto general en el que nos encontramos", recalca.
NO TERMINA DE APLICARSE
En conclusión, Ezquerra indica que no termina de instaurarse la nueva jornada, con los problemas anteriormente señalados, que junto a las medidas de los últimos años "supone una pérdida de más del 25 por ciento de las retribuciones".
Por todo ello, considera "imprescindible" que se reconsidere la aplicación de la jornada de 37,5 horas en su actual modelo, sustituyéndolo por otro basado en criterios asistenciales y organizativos, no retributivos como el actual, "claramente punitivo, desestructurador, y no justificable para los facultativos, evitando que el germen del desencanto y la conflictividad nos conduzca hacia un camino que no deseamos".
"Es más necesario que nunca reconsiderar que la eficiencia del sistema debe venir por la mejor gestión de los recursos, el protagonismo en la gestión por parte de los facultativos, la racionalización de las estructuras administrativas y una evidente mejora de la política de compras", considera.