MADRID 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
La exposición regular a la luz solar, específicamente los rayos ultravioleta B (UVB), puede reducir el riesgo de desarrollar artritis reumatoide, indica un estudio a gran escala a largo plazo publicado en línea en la revista 'Annals of the Rheumatic Diseases'.
Pero el efecto de la exposición a los rayos UVB sólo fue evidente entre las mujeres mayores, posiblemente porque las más jóvenes son más conscientes de los peligros de los rayos solares y se aplican protectores solares, sugieren los autores.
Los científicos obtuvieron sus conclusiones al analizar a los participantes en las dos fases del Estudio de Salud de Enfermeras de Estados Unidos, con un seguimiento en el primero de la salud de más de 120.000 enfermeras desde 1976, cuando tenían entre 30 y 55 años, hasta 2008, y de 115.500 enfermeras en el segundo, desde 1989, cuando tenían entre 25 y 42 años, hasta 2009.
Para ello, los investigadores utilizaron una evaluación conocida como radiación UV-B de flujo, que es una medida combinada de la radiación UVB, basada en latitud, altitud y la cobertura de nubes. Se mide en unidades RB: un recuento de 440 unidades de RB durante 30 minutos, por ejemplo, es suficiente para producir un ligero enrojecimiento en la piel blanca sin curtir.
La exposición se estimó de acuerdo con el estado de residencia en Estados Unidos, desde un promedio anual de 93 en Alaska y Oregon a 196 en Hawai y Arizona, además de otras estimaciones probables de exposición UV en el nacimiento y a los 15 años.
Durante el período de estudio, 1.314 mujeres desarrollaron artritis reumatoide. Entre las enfermeras en la primera cohorte NHS, mayor exposición acumulativa a la radiación UVB se asoció con un riesgo reducido de desarrollar la enfermedad, puesto que las que tenían los niveles más altos de exposición fueron un 21 por ciento menos propensas a desarrollar artritis reumatoide que quienes poseían menor exposición.
Pero tal asociación para la exposición UV-B no se encontró entre las mujeres en NHSII, que eran más jóvenes que las del primer análisis, por lo que, según los científicos, podrían haber evitado los riesgos potenciales de adquirir un bronceado con protectores solares.
En todo caso, añaden que no está claro en qué etapa de la vida se produce el efecto protector de la radiación UV-B y concluyen: "Nuestro estudio se suma a la creciente evidencia de que la exposición a la luz UV-B se asocia con un menor riesgo de artritis reumatoide. Los mecanismos no se comprenden todavía, pero podría estar mediado por la producción cutánea de vitamina D y atenuados por el uso de protector solar o evitando la exposición al sol".