MADRID 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) han encontrado que la edad biológica y la esperanza de vida se pueden predecir mediante la medición del ADN de un individuo. Los científicos estudiaron la longitud del cromosoma caps, conocido como telómeros, en una población silvestre de currucas, el carricerín, un ave de una pequeña isla del archipiélago de las Seychelles, Cousin Islan.
Publicada este lunes en 'Molecular Ecology', su investigación demuestra que los individuos difieren radicalmente según lo rápido que se acortan sus telómeros con la edad y que tener telómeros más cortos a cualquier edad se asocia con un mayor riesgo de muerte, por lo que la longitud de los telómeros es un buen indicador del futuro de la esperanza de vida.
Este proyecto de investigación de 20 años es, según sus autores, el primero de su tipo en medir los telómeros a través de toda la vida de los individuos en una población silvestre. Los telómeros se encuentran en el extremo de los cromosomas y actúan como tapones de protección para detener genes cerca del extremo del cromosoma degenerando.
El investigador principal, el doctor David S. Richardson, explica: "Con el tiempo estos telómeros se descomponen y se acortan. Queríamos entender lo que ocurre durante toda la vida, por lo que estas aves, la reinita de las Seychelles, es un tema de investigación ideal, ya que están naturalmente confinadas a una isla tropical aislada, sin ningún tipo de depredadores, por lo que podemos seguir a individuos durante toda su vida, hasta la vejez".
En el estudio, se analizaron muestras de sangre de las pequeña aves dos veces al año y se analizó la longitud del telómero. "Investigamos si, en cualquier edad, la longitud de sus telómeros podría predecir la muerte inminente y encontramos que los telómeros cortos y que se acortaban rápidamente fueron un buen indicador de que el pájaro iba a morir dentro de un año", señala el director del estudio.
"También encontramos que las personas con telómeros más largos tenían vidas más largas en general", añade. En este sentido, explica que antes se pensaba que el acortamiento del telómero se producía a un ritmo constante en los individuos y que su longitud podría actuar como un reloj interno para medir la edad cronológica de los organismos en la naturaleza.
"Sin embargo, mientras que los telómeros se acortan con la edad cronológica, la velocidad a la que esto ocurre es diferente entre individuos de la misma edad. Esto se debe a que los individuos experimentan diferentes cantidades de estrés biológico, debido a las dificultades y esfuerzos a los que se enfrentan en la vida. La longitud de los telómeros se puede utilizar como una medida de la cantidad de daño que un individuo ha acumulado a lo largo de su vida", concluye.
La investigación es importante porque mientras que estas ideas han sido investigados en el laboratorio, que nunca han sido probados en un entorno salvaje, según sus autores. Sin embargo, el doctor Richardson lamenta que "sería prácticamente imposible hacer un estudio en humanos", puesto que se necesitaría mucho tiempo para estudiar una vida humana y en los hombres también influyen otras cosas, como las enfermedades, que evitaría que fuera un estudio natural.
Así, cosas como fumar, comer alimentos menos saludables y someter el cuerpo a exceso de estrés físico o mental provoca un acortamiento en los telómeros. Por ello, cuando se oye eso de "ha tenido una vida muy dura" es, según los autores de la investigaión, porque ha acortado mucho los telómeros por el estilo de vida llevado.