MADRID 10 Ene. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), Rodrigo Córdoba, pidió hoy a Gobierno y comunidades autónomas que dejen de tirarse los "trastos a la cabeza" en relación con el cumplimiento de la Ley Antitabaco, que entró en vigor el pasado 1 de enero.
El doctor Córdoba señaló, en declaraciones a Europa Press, que "no es lógico que una ley que tenía un grado de consenso político tan alto se utilice ahora para que Gobierno y oposición se tiren trastos a la cabeza a nivel de CC.AA.".
A este respecto, recalcó que todas las CC.AA., independientemente de su 'color político', deben preocuparse por que la ley se cumpla y en último extremo, subrayó, son los ciudadanos quienes velarán por su cumplimiento. "Las CC.AA. tienen competencia para ir más allá, pero deben hacer cumplir lo que está contemplado en la ley desde el 1 de enero", explicó.
Pese a todo, el presidente del CNPT destacó que el cumplimiento de la Ley Antitabaco está siendo "sorprendentemente bueno", mientras que las incidencias y los conflictos resultan "anecdóticos". A su juicio, todas las previsiones "catastrofistas" y de problemas de convivencia que presagiaban los sectores contrarios a esta ley no se han producido, porque "el proceso de debate social lleva más de quince meses".
Respecto al reglamento de la ley, indicó que es normal que haya aspectos concretos de su aplicación que deban ir desarrollándose, aunque subrayó que con el contenido actual de la norma ya se puede aplicar el régimen sancionador en todas las CC.AA.
El doctor Córdoba también se refirió al hecho de que en la mayoría de los bares y restaurantes de menos de 100 metros cuadrados se permita fumar. "Los temores sembrados por las patronales de hostelería hacían presumible esto --dijo a Europa Press-- pero estamos convencidos de que en cuanto la población disfrute de las ventajas de los locales libres de humo, la demanda de ocio saludable se incrementará de aquí a final de año".
Por último, insistió en la necesidad de que el Gobierno fije un impuesto mínimo en las cajetillas de tabaco. "El tabaco más caro sería la medida más eficaz de todas las posibles para desanimar a su consumo, especialmente entre menores y adolescentes", concluyó.
