Inyecciones de células madre adultas mejoran corazones infartados

Investigadores CIMA-Universidad Navarra
CIMA UNIVERSIDAD NAVARRA
Actualizado: miércoles, 23 junio 2010 15:34

MADRID 23 Jun. (EUROPA PRESS) -

Investigadores del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) y la Clínica Universidad de Navarra aseguran que la regeneración de corazones infartados mediante la inyección de células madre adultas es más eficaz y se mantiene durante más tiempo si se administran en repetidas ocasiones.

Así lo han constatado tras un estudio experimental en cerdos cuyos resultados se han publicado en la revista 'European Heart Journal'.

Hasta la fecha se habían efectuado otras investigaciones dirigidas también a observar la eficacia de la utilización de células madre procedentes del músculo esquelético del propio paciente (mioblastos), en la regeneración de corazones infartados. En dichos estudios se constataban beneficios iniciales en la recuperación de los tejidos.

Sin embargo, en el actual trabajo, en fase de experimentación animal, se ha querido comprobar "si una única administración de células madre obtiene mejores, iguales o peores resultados que dos o tres inyecciones", como ha explicado Juan José Gavira, investigador principal y especialista en Cardiología de la Clínica Universidad de Navarra.

El estudio se ha realizado en un modelo experimental de infarto en cuatro grupos de cerdos, de tal forma que a los animales se les administraba de una a tres dosis de mioblastos, separada cada administración por un intervalo de 6 semanas. Las inyecciones contenían entre 300 y 400 millones de este tipo de células madre.

Para obtener células madre del músculo esquelético del animal, es necesario practicar una biopsia del músculo de la pata, de forma análoga a lo que se realiza en los pacientes que participan en el ensayo clínico actualmente en marcha, explican los investigadores.

Entre las principales conclusiones obtenidas del estudio, "se ha observado que los beneficios eran mayores en aquellos animales que habían recibido tres dosis en lugar de una ó dos", destaca el doctor Gavira.

CON UNA SOLA DOSIS, EL BENEFICIO PERDÍA FUERZA CON EL TIEMPO

Aunque con la primera administración de células madre ya se constataba una mejoría inicial de la función cardiaca, según ha explicado, "los parámetros de beneficio se perdían con el paso del tiempo".

Sin embargo, con este ensayo se ha comprobado a nivel experimental que inyectando en varias ocasiones, "el beneficio obtenido es mejor y se mantiene durante más tiempo que con una única inyección".

Entre las posibles causas de la mejora de la función ventricular, el doctor Felipe Prósper, director de Área de Terapia Celular, apunta que los estudios anatomopatológicos posteriores constataron que las células madre de músculo esquelético no evolucionan a células cardiacas, sino a células de músculo liso contribuyendo a la formación de nuevos vasos sanguíneos.

De ahí que uno de los fundamentos más probables de la mejora provocada por la inyección de células madre radique en el aumento de la revascularización de la zona infartada.

Además, el equipo de investigadores observó que las inyecciones de mioblastos obtenían también un efecto beneficioso en la reducción de la fibrosis de la zona infartada. La fibrosis implica la metabolización de un exceso de colágeno que a su vez repercute en una menor capacidad contráctil del corazón.

APLICACIÓN DE TERAPIAS CELULARES

De los resultados obtenidos del ensayo en fase animal se abre un "prometedor" campo de investigación en la regeneración de corazones infartados mediante la aplicación de terapias celulares.

En esta línea, la Clínica Universidad de Navarra en colaboración con el departamento de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid dirigido por el profesor Fernández-Avilés, desarrolla en la actualidad un ensayo clínico en pacientes infartados consistente en la administración de una dosis de mioblastos, obtenidos del propio músculo esquelético de la pierna de cada individuo.

El implante de las células madre se realiza de forma percutánea por cateterismo, y no mediante cirugía, para lo que se utiliza un sistema de navegación no fluoroscópica (NOGA) que localiza la zona infartada donde se deberán administrar las células madre.

Se trata de un ensayo que estudiará una muestra de 50 pacientes, de los que ya se han examinado más de 30, y cuya fase de reclutamiento continúa abierta.