MADRID 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto Nacional del Cáncer en Bethesda (Estados Unidos) han desarrollado mediante ingeniería biológica injertos de piel humana que podrían utilizarse para tratar la hipertensión en humanos. Los resultados del estudio, llevado a cabo en ratones, se publican en la edición digital de la revista 'Proceedigs of the National Academy of Sciences' (PNAS).
El trabajo podría además dar lugar a un nuevo método para producir y administrar moléculas terapéuticas para una variedad de enfermedades genéticas sistémicas.
Los expertos explican que uno de los desafíos más importantes en el uso de tejidos de piel en la terapia genética ha sido conseguir mantener la expresión sostenida de genes terapéuticos en un alto porcentaje de células.
Los científicos, dirigidos por Jonathan Vogel, superaron esta dificultad al introducir un marcador seleccionado en las células madre de queratinocitos y fibroblastos, ambos tipos de células constituyentes de la piel.
Los investigadores utilizaron para la selección la resistencia a múltiples fármacos junto con el gen del péptido natriurético atrial (NPA), una hormona péptido capaz de disminuir la presión sanguínea. La selección de la resistencia a los fármacos aumentó el porcentaje de células de la piel que expresaban NPA.
El parche de piel bajó la presión sanguínea de ratones alimentados con una dieta alta en sal. Según los autores, la técnica podría utilizarse para ayudar a crear terapias específicas para las enfermedades humanas, incluyendo aquellas con un componente genético, como la hipertensión y la fibrosis quística.