La incidencia del VIH en mujeres aumentará en todas las comunidades autónomas

Actualizado: jueves, 17 agosto 2006 16:35

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 17 Ago. (EUROPA PRESS) -

La incidencia de la infección por VIH entre las mujeres que viven en España aumentará en todas las comunidades autónomas. Esta es una de las conclusiones del primer Libro Blanco que se está realizando sobre el futuro de la enfermedad en nuestro país. Los datos que aporte finalmente este estudio prospectivo ayudarán a la sanidad española a afrontar los nuevos retos derivados de la cronicidad de la infección lograda gracias a los tratamientos antirretrovirales.

En esta encuesta, patrocinada por Bristol-Myers Squibb (BMS), han participado el Plan Nacional del SIDA, la Sociedad Española Interdisciplinaria del SIDA (SEISIDA), el Grupo de Estudio de SIDA (GESIDA), la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y las asociaciones de pacientes CESIDA (Coordinadora Estatal de VIH/SIDA) y FIT (Fundación Información y Formación sobre Tratamientos).

"Llevamos años alertando del mayor riesgo que corre la mujer. Ellas son más vulnerables biológicamente. En un acto sexual tienen el doble de posibilidades que los hombres de contraer la infección. Pero sobre todo, en el nivel social, al predominar aún en nuestra sociedad una serie de actitudes asociadas a roles de género tradicionales. Sigue habiendo mujeres dependientes del hombre, sin habilidades ni capacidad suficiente para proponer el uso del preservativo", asegura María José Fuster, de la Coordinadota Estatal de VIH/SIDA (CESIDA).

Este pronóstico del Libro Blanco del Sida confirma la necesidad de poner en marcha campañas específicas que mejoren la protección de la mujer, según Peio López de Munaín, presidente de la Fundación Información y Formación sobre Tratamientos (FIT). "En los últimos años, se ha reducido el número de consumidores de drogas inyectables infectados por el VIH y también es menor la cifra de homosexuales seropositivos. En cambio, está aumentando significativamente la transmisión por vía heterosexual y ahí el mayor riesgo es para la mujer".

María José Fuster, presidenta de CESIDA, insiste en que están muy bien identificados y debatidos los factores que determinan la mayor vulnerabilidad de la mujer y, en consecuencia, es hora de poner en marcha iniciativas encaminadas a dotar de mayor poder al sexo femenino. "No bastan", dice, "las campañas de prevención; es preciso impartir educación sexual para que aprendan a tomar decisiones y a tener el control de su vida sexual".

Otros datos disponibles auguran un incremento del VIH entre los inmigrantes y las personas que ejercen la prostitución. López de Munaín recuerda que en el colectivo de prostitutas apenas había antes infecciones. "Ahora entre las inmigrantes que se prostituyen se ha disparado la incidencia no sólo del VIH, sino también de otras infecciones de transmisión sexual (ITS) como sífilis o gonorreas, que prácticamente estaban bajo control. Cada vez vienen más mujeres con mayor necesidad económica y ante un cliente que demanda una práctica sin protección, muchas de ellas ceden y por distintos motivos se ven obligadas a correr ese riesgo".

Por eso, como dice el presidente de FIT, el análisis del Libro Blanco "nos está sugiriendo que probablemente las campañas deban dirigirse más a los clientes que a las prostitutas. Por mucho que concienciemos a la prostituta, la necesidad apremia. En cambio el cliente es de aquí y va a ser más fácil que entienda los mensajes de prevención. Además entre los más jóvenes se ha bajado mucho la guardia. Las nuevas generaciones no han conocido la cara más dramática del SIDA, la anterior a 1996 cuando eran frecuentes las enfermedades oportunistas, y esto siempre dificulta la prevención".

Las dos ONGs coinciden en subrayar que hay mucha prostitución entre mujeres jóvenes inmigrantes que viven una situación de precariedad sociolaboral. Fuster advierte que esto favorece la desprotección frente al virus. "En beneficio de estos colectivos es necesario tomar decisiones políticas que garanticen su inserción social con campañas dotadas de un enfoque cultural y lingüísticamente adecuado. Hay mujeres que llegan a España infectadas pero otras muchas se infectan a raíz de la situación de indefensión y desventaja en la que se ven obligadas a vivir".

El informe analiza los temores y preocupaciones de los pacientes españoles infectados por el VIH. Temen en primer lugar la manifestación en su organismo de signos que delaten la infección y la posibilidad de que surjan problemas en su trabajo. Dos temores que anteponen a otros como la evolución de su enfermedad o el rechazo social. María José Fuster asegura que el miedo principal es la aparición de lipodistrofia, una redistribución de la grasas en distintas partes del cuerpo. "Es un deterioro físico frente al cual nada puede hacerse que no sea una intervención de cirugía facial que además debe pagarse el propio afectado. De hecho, esta complicación es una de las razones de abandono de la medicación e incluso de no empezar a tomarla".

Según López de Munaín, hay una preocupación generalizada en la población VIH por la lipodistrofia por el rechazo que genera en el resto de sociedad. "Por eso en el medio laboral se intenta ocultar. Por un lado, es necesario investigar para identificar por qué se produce este efecto secundario y por otro, la sanidad pública debe poner los medios necesarios para corregir este trastorno".

Fuster asegura que este efecto secundario (lipodistrofia) causa trastornos depresivos y de ansiedad tiene consecuencias sobre las relaciones afectivas, sexuales y laborales. "El paciente tiende a aislarse. Conocemos casos de rechazo y discriminación cuando en el trabajo se ha descubierto la condición de seropositivo de algún empleado".