El impuesto mínimo fijado por la UE para los cigarrillos, sin efectos en la prevalencia del tabaquismo en España

ESTANCO
EUROPA PRESS
Actualizado: viernes, 5 abril 2013 9:17

MADRID, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -

Hasta 2009, no hay evidencia estadísticamente significativa de reducción del consumo de tabaco entre los hombres y muy poca de una disminución del consumo de tabaco entre las mujeres como resultado de fijar un impuesto mínimo en España en 2006 en aplicación de la legislación impuesta por la Unión Europea. Esto a pesar de un aumento del precio de los cigarrillos hasta tres veces más rápido que antes de que la ley entrara en vigor, según concluye un nuevo estudio publicado en la edición 'on line' de la revista 'Nicotine and Tobacco Research'.

El Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco pide a las partes que implementen políticas fiscales destinadas a reducir el consumo de tabaco. Como firmante, la Unión Europea aprobó una ley que exige a los estados miembros aplicar impuestos a los cigarrillos para que, desde el 1 de enero de 2014, al menos supongan 90 euros por 1.000 unidades, sin importar la marca o categoría. Numerosos estados miembros han previsto este movimiento y lo han introducido en la legislación tributaria.

El impuesto mínimo de España en materia de legislación de cigarrillos manufacturados ha estado funcionando desde febrero de 2006. Sin embargo, las Islas Canarias están sujetas a una serie de medidas fiscales especiales destinadas a estimular su economía en alta mar y, por lo tanto, los productos del tabaco allí no están sujetos al tipo de los impuestos especiales que se han implementado en la Península y las Islas Baleares, por lo que este estudio comparó los precios de los cigarrillos y la prevalencia del consumo de tabaco en las dos áreas.

Los investigadores Ángel López Nicolás, Lourdes Badillo-Amador y M. Belén Cobacho-Tornel descubrieron que antes de la ley que entra en vigor en 2006, el aumento anual de los precios de los cigarrillos en las Islas Canarias y el resto de España son muy similares, con un promedio del 5 por ciento. Sin embargo, después de 2006, la diferencia es contundente: los precios aumentaron en un 44 por ciento antes de la inflación (8,3 por ciento) en España entre 2006 a 2010, pero sólo en un 10 por ciento antes de la inflación (8,5 por ciento) en el mismo periodo en las Islas Canarias.

Los autores examinaron los efectos tanto inmediatos como a largo plazo sobre la prevalencia del tabaquismo después de la introducción de la legislación y encontraron que las alzas en los precios de los cigarrillos no parecen haber afectado en el caso de los hombres, ya sea poco después de las reformas después de varios años. En el caso de las mujeres, el estudio no encontró efectos significativos en el corto plazo, con estimaciones que oscilan entre el 3,36 y el 4,3 por ciento en el largo plazo.

El autor principal del estudio, Ángel López Nicolás, de la Universidad Politécnica de Cartagena, en Murcia, explica: "La falta de un efecto robusto sobre la prevalencia de más de tres años, por lo tanto, es sorprendente dado el claro efecto sobre los precios de los cigarrillos. De hecho, la búsqueda de un efecto estadísticamente significativo sólo en la prevalencia para las mujeres y, aun así, con sólo uno de los métodos de estimación, corre en contra de la noción bien establecida de que la prevalencia del tabaquismo responde al aumento de los precios".

EL CAMBIO AL TABACO DE LIAR

Los autores buscaron en el mercado español del tabaco para averiguar por qué esto podría ser así y hallaron que el precio del tabaco de liar para el uso de los cigarrillos enrollados a mano cayó en términos reales entre 2005 y 2008 y se ha mantenido muy por debajo de la de los cigarrillos manufacturados, con la participación sobre las ventas totales de tabaco más que triplicada (del 1,6 a 5,1 por ciento de las ventas). Esto sugiere que los fumadores pueden haberse cambiado a los cigarrillos enrollados a mano desde la introducción de la legislación sobre el impuesto mínimo, que hasta 2009 sólo se aplicaba a los cigarrillos fabricados.

"En este sentido --dice López-Nicolás-- el nuevo régimen fiscal ha actuado mal en lo que se refiere al objetivo de salud pública de la reducción del consumo de tabaco. Parece que una condición necesaria para lograr dicha reducción sería tapar la brecha fiscal que permite el tabaco de liar en el mercado con un descuento sustancial en comparación con los cigarrillos fabricados".

"En cuanto a las implicaciones a escala de la UE, hay un mensaje político pertinente implícito en nuestros resultados. Los países que han introducido un impuesto mínimo sobre los cigarrillos manufacturados pueden lograr muy poco en términos de reducción de la prevalencia del tabaquismo si permiten una brecha fiscal entre tabaco de corte fino y los cigarrillos manufacturados. Los Estados miembros deben tomar la iniciativa en este sentido, si desean implementar con éxito las directrices de la Convención Marco de la OMS en materia de impuestos", concluye.