MADRID, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) han identificado una nueva función de la proteína IkBa clave en el desarrollo del carcinoma escamoso, el segundo cáncer de piel más frecuente, lo que ofrece una nueva herramienta diagnóstica para la enfermedad y, en un futuro, permitirá detectar dianas terapéuticas para tratar este cáncer.
Cada año se diagnostican más de 250.000 nuevos casos de este tumor, que aparece en las células escamosas que forman las capas superiores de la piel y se puede desarrollar en cualquier parte del cuerpo, siendo más común en las áreas más expuestas al sol.
El estudio se ha publicado en la revista 'Cancer Cell' y, según ha explicado el autor principal del estudio, Lluís Espinosa, la proteína
"regula directamente la actividad de los genes implicados en la diferenciación celular y en el desarrollo del cáncer".
Hasta ahora se conocía la función de la proteína IkBa en el citoplasma donde inhibe la vía NFkB, un complejo proteico implicado en la respuesta inmune de las células.
Ahora se ha descubierto que en el núcleo de los queratinocitos, las células típicas de la piel, y en el núcleo de los fibroblastos, hay una forma diferente de IkBa resultado de su unión con otra molécula llamada Sumo, dando lugar a la proteína Sumo-IkBa que había sido previamente identificada por otros grupos pero se desconocía cuál era su función.
En una de las fases del estudio se analizaron muestras de una cohorte de 112 pacientes con carcinoma escamoso de piel urogenital en diferentes etapas de la progresión tumoral. Los resultados constataron que en las muestras con tumores invasivos, o que habían desarrollado metástasis, desaparecía el IkBa del núcleo. Es decir, durante el proceso tumoral el IkBa nuclear se pierde y se acumula en el citoplasma.
El descubrimiento de estas nuevas funciones del IkBa en el núcleo celular supone un cambio de paradigma dentro de este campo de estudio e, incluso, podría implicar la reinterpretación de trabajos previamente publicados.
"Aunque todavía se tiene que validar con un número suficiente de pacientes, la detección de esta proteína en las lesiones de piel puede servir para diagnosticar y pronosticar el alcance del carcinoma escamoso", explica Agustí Toll, dermatólogo del Hospital del Mar y también autor del estudio.
POSIBLE UTILIDAD TERAPÉUTICA
Además de ser un posible biomarcador de mal pronóstico en carcinomas escamosos, el conocimiento de los mecanismos que regulan el comportamiento agresivo de estos tumores podría tener utilidad terapéutica.
Una vez aparecen metástasis, el pronóstico de los pacientes con estos tumores suele ser malo y los tratamientos actuales (cirugía, radioterapia, quimioterapia) se asocian a efectos secundarios importantes, especialmente en el grupo de población afectada, de edad avanzada.
"Este descubrimiento puede tener un impacto muy importante en el tratamiento de este tipo de cáncer cuando se identifiquen fármacos que puedan revertir la pérdida del IkBa nuclear que se observa en los carcinomas escamosos", apunta Espinosa.
El objetivo de los investigadores ahora es descubrir los mecanismos que regulan la pérdida de IkBa nuclear para identificar dianas terapéuticas que en un futuro podrían ser utilizadas en la lucha contra el cáncer de piel. Además, los investigadores creen que el nuevo mecanismo podría ser también relevante en otros tipos de cánceres.