MADRID 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto Sanford-Burnham de Investigación Médica han descubierto que una proteína, llamada PKC, es responsable de la paradoja de que las células cancerosas, que necesitan alimentos para sobrevivir y crecer, se hagan más agresivas cuando se les quita su comida favorita: el azúcar llamado glucosa. En un estudio publicado en la revista 'Cell', los científicos sugieren que las terapias de agotamiento de la glucosa podrían funcionar contra los tumores, siempre y cuando las células cancerosas estén produciendo PKC.
Según esta investigación, cuando PKC falta en las células de cáncer, los tumores son capaces de utilizar nutrientes alternativos y cuanto menor sea el nivel PKC, más agresivo es el tumor. "Hemos encontrado una correlación interesante en los cánceres de colon, si el tumor de un paciente no produce PKC, tiene un pronóstico más pobre que un paciente similar con la proteína", dijo Jorge Moscat, profesor en el Instituto Nacional del Cáncer Sanford-Burnham, director del estudio junto a su colega de la misma institución María Díaz-Meco.
Aunque la mayoría de las células cancerosas adoran la glucosa, los tumores que carecen de PKC crecer aún mejor sin este nutriente. En muestras de tumores humanos y en un modelo de ratón de cáncer de colon, Moscat y su equipo determinaron que esta paradoja del crecimiento sin glucosa es porque los tumores deficientes de PKC son capaces de reprogramar su metabolismo para usar la glutamina, otro nutriente, en su lugar.
Sin PKC alrededor para mantenerlos adictos a la glucosa, estos tumores ponen en marcha una nueva ruta metabólica, una alteración del metabolismo que ayuda a las células cancerígenas deficientes de PKC a sobrevivir en condiciones que de otro modo sería letales. "Si podemos encontrar una manera eficaz de agregar de nuevo PKC a los tumores que carecen de ella, los haremos menos aptos para sobrevivir y más sensibles a las terapias actuales", concluyó Moscat.