MADRID 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Escuela de Medicina de St. Louis de la Universidad de Washington (Estados Unidos) han identificado una mutación genética que puede ser la base comportamientos comunes que se observan en algunas personas con autismo, como dificultad para comunicarse y resistencia al cambio. Se trata de un error en el gen, CELF6, que conduce a alteraciones en la serotonina, una sustancia química que transmite mensajes del cerebro y se sospecha que participa en el autismo.
Los investigadores identificaron el error en un niño con autismo y, a continuación, trabajaron en ratones, mostrando los mismos resultados genéticos de alteración en los comportamientos relacionados con el autismo y una fuerte caída en el nivel de serotonina que circula en el cerebro, según los resultados de la investigación, publicada en 'Journal of Neurosciences'.
Mientras que la mutación recientemente descubierta parece ser poco común, proporciona algunas de las primeras pistas de la base biológica de la enfermedad. "Genéticamente, el autismo parece muy complicado, con muchas rutas genéticas que conducen a la enfermedad", afirma el autor principal, Joseph D. Dougherty, profesor asistente de genética en la Universidad de Washington.
No obstante, señala que no es posible diseñar un medicamento diferente para cada niño, por lo que Dougherty apuesta por encontrar las vías comunes biológicas que vinculan estas rutas genéticas diferentes y apuntar a los caminos para el tratamiento. Se sabe que el autismo tiene un fuerte componente genético, pero los genes implicados en la condición hasta ahora explican sólo un pequeño número de casos o contribuyen en una pequeña proporción en los síntomas.
Dougherty y otro de los autores, Nathaniel Heintz, del Instituto Médico Howard Hughes de la Universidad Rockefeller, especulan con que algunos de los síntomas conductuales más comunes del autismo pueden ser causados por las interrupciones en una vía biológica común, como la de la señalización de la serotonina.
Un 30 por ciento de los pacientes con autismo tienen niveles sanguíneos anormales de serotonina. Este mensajero químico juega un papel importante en todo el cuerpo, ayudando a regular la respiración, la temperatura y dormir, así como el estado de ánimo y el aprendizaje, pero es producido por un número limitado de neuronas en el cerebro.
Usando una técnica molecular nueva, los investigadores se centraron exclusivamente en las neuronas productoras de serotonina en ratones sanos para buscar genes que están "encendidos" en estas células y encontraron cerca de 200 genes implicados en este proceso. Después, buscaron variaciones en estos genes en unos 400 niños autistas, cuyo ADN se puso a disposición de los científicos a través de la 'Autism Genetic Resource Exchange'.
Los científicos encontraron alteraciones en un gen, CELF6, que nunca había sido relacionado con el autismo, y que produce una proteína que se une al primo químico del ADN, el ARN, y parece regular los niveles de serotonina en el cerebro. Al mirar más de cerca CELF6, encontraron que una copia del gen mutó severamente en un paciente, en la medida en que dejó de funcionar en las neuronas que producen serotonina o en otras células.
Debido a que la mutación parecía rara, los investigadores no sabían si su presencia era una coincidencia o si el defecto podría, de hecho, ser la causa del autismo. Por lo tanto, buscaron mutaciones en el mismo gen en otros 860 niños con autismo, cuyo ADN fue proporcionada por la Fundación Simons de Iniciativa de Investigación del Autismo, pero ninguno de ellos tenía la mutación en CELF6, ni tampoco unas 5.000 personas normales y saludables cuyo ADN se examinó.
Sin embargo, tras haber encontrado el error genético en un niño con autismo sugiere que puede ser poco frecuente y, tal vez, tiene un enlace a la condición a través de la vía de la serotonina, por lo que para entender su influencia potencial, los investigadores volvieron de nuevo a los ratones. "Si este gen tiene alguna influencia sobre el autismo de una persona, entonces los ratones con la misma mutación genética deben tener algunas características conductuales del autismo", dijo Dougherty.
De hecho, cuando los investigadores criaron ratones que no tenían el gen CELF6, estos poseían mucha menos serotonina en el cerebro en comparación con los ratones sanos y exhibieron algunos de los mismos comportamientos observados en niños con autismo. Por ejemplo, cuando las crías recién nacidas de ratón son separados de sus madres, que suelen emitir un grito agudo, que es una llamada a sus madres para que los lleve de vuelta al nido, los roedores con sin CELF6 experimentaron severos déficits en sus vocalizaciones, un indicador de las dificultades de comunicación.
En otro experimento, los investigadores expusieron a los ratones a una variedad de olores, incluyendo un aroma novedoso para ellose, el del chocolate. Más tarde, se les permitió comer el chocolate, por lo general una experiencia muy gratificante, y al día siguiente, cuando los roedores fueron expuestos a olores diferentes, incluyendo el chocolate, los sanos aumentaron dramáticamente su exploración, especialmente la del chocolate, mientras los que carecían de CELF6 continuaron investigando cada olor, sin mostrar cambios en su comportamiento.
"Nuestros resultados sugieren que hemos encontrado un mecanismo por el cual una mutación genética puede alterar la señalización de serotonina y conducir a un comportamiento que es característico del autismo", destacó Dougherty. Así, explció que la señalización de la serotonina es sólo una vía biológica que puede ser interrumpida en los pacientes con autismo, por lo que estos investigadores entienden que se pueden encontrar otras vías también importantes en esta enfermedad.