MADRID 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un equipo multiinstitucional dirigido por el Hospital General de Massachusetts General Hospital (Estados Unidos) ha identificado un mecanismo molecular que parece ser esencial para el crecimiento y la propagación del meduloblastoma, el tumor cerebral maligno más común en los niños. En su informe, publicado este jueves en 'Cell', los investigadores muestran que el bloqueo de esta vía, que implica interacciones entre las células tumorales y los tejidos circundantes, conduce a la regresión de los cuatro subtipos moleculares del meduloblastoma en varios modelos de ratones.
"Nuestra conclusión de que una vía de señales portadoras de las células huésped a las células tumorales a través de un factor de crecimiento placentario y su receptor neuropilina 1 es crítica para el crecimiento de meduloblastoma, independientemente del subtipo molecular, apoya firmemente la evaluación de anticuerpos contra estas proteínas como un nuevo enfoque terapéutico para este cáncer pediátrico", destaca Rakesh K. Jain, director del Laboratorio de Biología Tumoral Steele en el Hospital de Massachusetts y autor del estudio.
Un tumor altamente maligno que se origina en el cerebelo, el meduloblastoma supone alrededor del 20 por ciento de todos los tumores cerebrales pediátricos y es diez veces más común en niños que en adultos. Mientras que el tratamiento agresivo con cirugía, quimioterapia y radioterapia mejora significativamente la supervivencia de los pacientes, puede tener efectos secundarios a largo plazo en el desarrollo conductual y neurológico, especialmente en los pacientes más jóvenes, por lo que estos científicos creen necesario desarrollar terapias menos perjudiciales.
El impulso a la investigación se inició con los estudios de Peter Carmeliet, del Centro de Investigación Vesalius en Bélgica y coautor del estudio, quien encontró que un anticuerpo contra el factor de crecimiento placentario (PlGF) podría bloquear la angiogénesis en un número de tumores de los adultos.
Jain y su colega Steele Lei Xu propusieron como objetivo PlGF como un tratamiento antiangiogénico para los tumores pediátricos. Con Matija Snuderl, del laboratorio de Steele, coautor principal del actual estudio, encontraron que PlGF fue altamente expresado en todos los tipos de meduloblastoma, mientras otros miembros del equipo de Jain detectaron que la alta expresión del receptor de P1GF neuropilina 1 (NRP1) se asoció con una pobre supervivencia en pacientes de meduloblastoma.
Para investigar los mecanismos detrás de la posible función del PlGF en el meduloblastoma, los investigadores del MGH colaboraron con colegas de Estados Unidos, Bélgica, Canadá y Alemania y confirmaron que la primera PlGF se expresa en muestras de pacientes de todos los subtipos de meduloblastoma y que la expresión de NRP1 fue más significativa que la de receptor más común de PlGF, VEGFR1.
Experimentos en varios modelos de ratón revelaron que la presencia de PlGF es esencial para la progresión del meduloblastoma y que el tratamiento con varios anticuerpos contra el factor de crecimiento redujo el crecimiento tumoral y la diseminación, aumentando la supervivencia de los animales incluso sin inhibir sustancialmente la angiogénesis
Los investigadores se sorprendieron al encontrar que la mayoría de PlGF fue producida por el tejido circundante de apoyo llamado estroma y no por las células tumorales. Investigaciones posteriores revelaron que la liberación de la proteína de desarrollo Shh (sonic hedgehog) por las células tumorales induce la expresión en las células del estroma cercanas a PIGF, que se unen a los receptores de NRP1 en las células tumorales, lo que conduce al crecimiento del tumor.
Los autores señalan que las terapias que bloquean la interacción entre PlGF y NRP1 son menos propensas a llevar a la resistencia al tratamiento que las dirigidas a mutaciones que impulsan el crecimiento del tumor. "Nuestro descubrimiento apoya la excitante posibilidad de que la orientación de la vía en el meduloblastoma podría ser más ampliamente eficaz con menos efectos secundarios para los pacientes. Anticuerpos contra PlGF y NRP1 se han desarrollado y probado en pacientes adultos por lo que podrían ser seguros en pacientes pediátricos", resume Jain, profesor de Oncología Radioterápica en la Escuela de Medicina de Harvard (Estados Unidos).