MADRID, 31 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Hospital Pediátrico de Cincinnati, en Estados Unidos, han identificado una base genética cuya presencia puede determinar la gravedad del asma, según los resultados de un estudio en ratones cuyos resultados se han publicado en la revista 'Nature Immunology'.
La prevalencia del asma ha aumentado en los últimos años y, pese a que existen numerosos factores ambientales que favorecen su aparición, como el humo del tabaco, algunos alérgenos o la contaminación atmosférica, este estudio ha fijado un posible "punto de inflexión molecular" entre la variante más suave y la más agresiva.
De este modo, los autores de este estudio han descubierto que una proteína preinflamatoria, la interleukina-17 (IL-17A), puede ser la principal culpable de los síntomas más graves de esta enfermedad respiratoria.
Según describe la autora del estudio, Marsha Wills-Karps, el proceso de la enfermedad parece comenzar cuando las vías respiratorias se exponen a los alérgenos ambientales, lo que provoca una mala regulación de un gen llamado factor 3 del complemento (C3), que activa una parte del sistema inmune denominada "cascada de activación del complemento".
Esto conduce a la producción exagerada de IL-17A por las células de las vías respiratorias y pone en marcha lo que los científicos describen como un bucle de amplificación, ya que la IL-17A a su vez induce la producción de más C3 en la superficie de las vías respiratorias.
Al continuar el bucle de amplificación por la exposición constante a estos alérgenos, se aumenta la respuesta inflamatoria, involucrando ya a las células T auxiliares y a otras proteínas interleuquinas (IL-13 e IL-23), lo que provoca en último lugar la obstrucción del flujo nasal.
"Este hallazgo puede ser clave en la búsqueda de futuros tratamientos terapéuticas para combatir esta variante, aunque para ello será necesario precisar si es necesario actuar inhibiendo la producción del IL-17A i sobre las C3", asegura Wills-Karp.