Identifican anticuerpos en el organismo que podrían prevenir la enfermedad de Alzheimer

Actualizado: martes, 7 julio 2009 18:07

MADRID 7 Jul. (EUROPA PRESS) -

Investigadores de la Escuela de Medicina de Stanford en Estados Unidos han identificado en la sangre y el fluido cerebroespinal de personas sanas anticuerpos para una amplia variedad de sustancias que pueden agregarse para formar placas como las que se encuentran en los pacientes de Alzheimer. Los niveles de estos anticuerpos declinan con la edad y, en los pacientes de Alzheimer, con la progresión de la enfermedad.

Según los investigadores, que publican su estudio en la edición digital de la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), estos descubrimientos plantean la posibilidad de que muchas personas porten anticuerpos en su sangre que podrían participar en la prevención o ralentización de la enfermedad de Alzheimer.

Los autores explican que la enfermedad de Alzheimer se caracteriza por la acumulación de placas amiloides en el cerebro. Estas son grandes agregaciones de la descomposición de un producto proteínico, o péptido, llamado amiloide beta (A-beta).

Los expertos creen que diferentes tipos de este péptido modificado, mutado o metabolizado podrían también participar en la enfermedad. También piensan que más que las placas, son las agregaciones más pequeñas de unas pocas moléculas de A-beta, llamadas oligómeros, las que son más tóxicas para las neuronas.

Los investigadores adaptaron microchips genéticos para que contuvieran casi 100 componentes diferentes de péptidos, incluyendo a A-beta y varias de sus formas metabolizadas, modificadas y mutantes.

Los péptidos se disponían en varios grados de agregación, desde moléculas sencillas a pequeñas placas, o oligómeros, hasta agregados más densos llamados fibrillas. También incluyeron otros péptidos no relacionados con A-beta pero capaces de agregarse para formar otras placas raras asociadas a las demencias.

Los autores incubaron estos chips con muestras de sangre de más de 250 individuos de entre 21 y 89 años de edad, algunos con enfermedad de Alzheimer y otros sin ella. Observaron que los anticuerpos se dirigían a muchas formas y estados de agregación de A-beta tanto en el caso de la sangre de individuos sanos como enfermos y que la mayor inmunorreactividad se producía entre anticuerpos y oligómeros.

Los investigadores comprobaron después que los niveles globales de estos anticuerpos disminuían con la edad y, en los que padecían la enfermedad, con las fases avanzadas del Alzheimer.

Un experimento posterior de seguimiento mostró que los mismos anticuerpos, aislados del plasma de pacientes con Alzheimer o controles sanos, podían proteger las neuronas de ratones cultivadas en un plato de petri frente a la A-beta, que suele ser muy tóxica para estas neuronas.

Además, los investigadores estudiaron muestras de monos cercopitecos, que como los humanos desarrollan placas cerebrales derivadas de A-beta al envejecer. Los primeros experimentos realizados en otro centro han mostrado que la inmunización de monos mayores con A-beta eliminó de forma sustancial sus placas.

En su nuevo estudio, los investigadores de Stanford obtuvieron muestras de sangre de estos monos antes y después de la inmunización y compararon los niveles y diversidad de anticuerpos relevantes. Observaron que varios de tales anticuerpos en las muestras no inmunizadas así como aumentos significativos de varios anticuerpos tras la inmunización.

Los autores descubrieron en las muestras de sujetos y monos sanos que existían anticuerpos dirigidos a péptidos mutados asociados a demencias raras que producían placas similares a las de A-beta en los pacientes de Alzheimer, aunque no tienen nada que ver con este péptido.

Según los investigadores, esto puede deberse a que los anticuerpos aislados se unirían no a las secuencias de aminoácido de los péptidos sino a aquellos con alguna forma común en las fases iniciales oligoméricas de agregación, cuando son más tóxicos.

Los autores señalan que estos métodos podrían ayudar a mejorar el control de los ensayos clínicos de los tratamientos con inmunoterapia para la enfermedad de Alzheimer.