MADRID, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Hospital Henry Ford en Detroit han identificado 231 nuevos genes asociados con el cáncer de cabeza y cuello, uno de los más mortales. Con anterioridad sólo se habían asociado 33 genes con la enfermedad. Las conclusiones de su trabajo se han hecho públicas durante la reunión anual de la Academia Americana de Otorrinolaringología-Fundación de Cirugía de Cabeza y Cuello que se celebra estos días en San Diego (Estados Unidos).
Según explica Maria J. Worsham, directora del estudio, "estos nuevos genes deberían avanzar en la selección de dianas genéticas específicas de la cabeza y el cuello, abriendo la vía a nuevas estrategias moleculares para la detección y tratamiento precoz del cáncer de cabeza y cuello". Worsham añade que esto podría también ofrecer la oportunidad para ayudar a controlar la progresión de la enfermedad y la respuesta del paciente al tratamiento.
Los datos del Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos revelan que el 85 por ciento de los cánceres de cabeza y cuello están vinculados al consumo de tabaco. Las personas que consumen tabaco y alcohol se encuentran bajo un mayor riesgo de desarrollar estos cánceres que las personas que consumen sólo una de estas sustancias. El tratamiento del cáncer de cabeza y cuello varía según la localización y fase del tumor, pero la gran mayoría incluye cirugía, terapia de radiación y quimioterapia.
Los investigadores emplearon un método de mutilación del genoma para detectar los genes con regiones genéticas alteradas debido a la mutilación del ADN. La metilación del ADN, un tipo de modificación química del ADN en la que se añade o elimina un grupo de metilo, permite a los investigadores examinar las anomalías genéticas en las muestras tumorales.
Los investigadores utilizaron cinco muestras de ADN del tejido tumoral y examinaron 1.043 posibles genes cancerígenos. Estos genes fueron examinados también en relación a otros ya publicados una base de datos de metilación del cáncer denominada PubMeth. De los 441 genes inspeccionados en la base de datos, sólo 33 genes fueron conectados con el cáncer de cabeza y cuello.
En total, el estudio de la metilación en el genoma reveló 231 posibles nuevos genes de los que no se conocía su relación con este tipo de cáncer. De ellos, el 50 por ciento estaban presentes en tres o más de las muestras de ADN y el 20 por ciento estaban representados en las cinco muestras.
Según señala Worsham, la metilación se está convirtiendo en una de las estrategias moleculares más prometedoras para la detección temprana del cáncer, independientemente de su papel en el desarrollo tumoral.
"La metilación anormal puede dar lugar a un desactivación o silenciamiento del funcionamiento de los genes. Sin embargo, el tratamiento con los fármacos más recientes puede hacer retroceder los patrones de metilación del ADN anormales, reactivando los genes silenciados y restableciendo el funcionamiento genético normal. Por ello, un panel validado de genes específicos del cáncer de cabeza y cuello es probable que represente dianas para el tratamiento de la demetilación", concluye la investigadora.