MADRID 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
El humo de tabaco ambiental fomenta el endurecimiento de las arterias en adolescentes, según un estudio del Centro de Investigación de Medicina Cardiovascular Aplicada y Preventiva de la Universidad de Turku en Finlandia que se publica en la revista 'Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes'.
El trabajo muestra que la exposición frecuente al humo de tabaco ambiental entre los niños de 13 años está asociado con un mayor riesgo de endurecimiento futuro de los vasos sanguíneos y mayores riesgos de otros factores de enfermedad cardiaca.
El estudio se realizó en 494 niños y mostró que aquellos con los niveles más elevados de exposición al humo de tabaco ambiental de edades entre los 8 y los 13 años, hacia los 13 tenían un mayor engrosamiento de la pared de los vasos sanguíneos y problemas de funcionamiento, ambos aspectos precursores de los cambios estructurales arteriales y el endurecimiento.
La mayor exposición al humo de tabaco también estaba asociada con mayores niveles de alipoproteína B (apoB), un componente de lipoproteínas de baja densidad (LDL) o colesterol 'malo' y otro indicador de riesgo de enfermedad cardiaca.
Los participantes del estudio eran bebés finlandeses del estudio STRIP que comenzó en 1990 y que estaba dirigido a disminuir los riesgos infantiles de enfermedad cardiaca al controlar su exposición a los peligros ambientales conocidos.
En comparación con los adolescentes con los menores niveles de exposición al humo de tabaco, el grosor de la pared arterial de la carótida era un 7 por ciento mayor y el de la aórtica un 8 por ciento mayor entre los chicos con los niveles más altos de exposición.
La dilatación de la arteria braquial mediada por flujo (DBMF), una medida del funcionamiento de los vasos sanguíneos en el brazo superior, disminuía a medida que aumentaban los niveles de exposición al humo de tabaco entre los participantes. La DBMF era un 15 por ciento menor en los adolescentes con mayores niveles de exposición en comparación con los sometidos a una menor exposición.
Los niveles de apoB y la tasa de apoB y apolipoproteína A1 (apoA1), un componente de las lipoproteínas de alta densidad (HDL) o colesterol 'bueno', aumentaron con la mayor exposición al humo de tabaco. Investigaciones previas sugieren que la tasa apoB/apoA1 podría ser un indicador más fuerte de riesgo de enfermedad cardiaca que la medida tradicional de colesterol LDL.
Según explica Katariina Kallio, directora del estudio, "estos descubrimientos sugieren que los niños no deberían estar expuestos al humo de tabaco en absoluto. Incluso una pequeña exposición podría ser perjudicial para los vasos sanguíneos. Necesitamos proporcionar a los niños un ambiente libre de humo".