El Hospital Son Dureta, de Palma de Mallorca, realiza el primer autotrasplante de riñón por vía laparoscópica de España

Actualizado: jueves, 11 marzo 2010 13:38

PALMA DE MALLORCA, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Hospital Universitario de Son Dureta de Palma de Mallorca ha realizado el primer autotrasplante de riñón en un paciente vivo por vía laparoscópica de España, según informó hoy el jefe del Servicio de Urología del centro, Mariano Ozonas, quien explicó que esta técnica quirúrgica consiste en extraer el órgano dañado, repararlo de manera extracorpórea y volver a implantarlo utilizando la misma incisión por la que fue extraído.

En la rueda de prensa informativa de esta pionera intervención estuvieron presentes el conseller de Salud y Consumo, Vicenç Thomàs; el director general de Son Dureta, Luis Carretero, el coordinador del Servicio de urología, Pedro Pizà; el director asistencial del centro sanitario, Lucio Pallarés.

Una presentación que coincidió con la celebración del Día Mundial del Riñón, motivo por el cual Thomàs acudió a Son Dureta a visitar a los pacientes afectados por enfermedades renales. En este centro hospitalario la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades Renales (ALCER) ha colocado una mesa informativa y realiza pruebas de tensión arterial y de glucosa para prevenir la insuficiencia renal crónica.

La novedosa técnica fue practicada a una paciente que presentaba una hipertensión arterial provocada por un estrechamiento de la arteria renal que se trató de controlar sin éxito con fármacos y con una prótesis vascular. Tras la intervención, la tensión arterial de la paciente se normalizó.

Thomàs explicó que esta técnica es un "entrenamiento" de cara a practicar en un futuro trasplantes renales de donantes vivos con extracción laparoscópica que el Servicio de Urología de Son Dureta ya está autorizado a realizar por la Conselleria a realizar desde mayo del pasado año, dado que el centro cuenta con "el conocimiento, las habilidades y la tecnología" necesaria para ello, apuntó.

Por su parte, el doctor Pizà precisó que esta técnica, al realizarse por vía laparoscópica, permite hacer una incisión de tan sólo unos diez centímetros, mientras que con la cirugía normal era de unos 35 ó 40 centímetros. Además, los efectos de la intervención son menos agresivos, lo que repercute es un mejor post-operatorio.

Así, según datos aportados por el conseller, durante el pasado año un total de 36 personas donaron sus órganos en las islas, lo que permitió la extracción de 119 órganos. De éstos, 68 fueron riñones que se obtuvieron en el Hospital de Son Dureta (62), en el Mateu Orfila de Menorca (4) y en Can Misses en Ibiza (2). Además, se recibieron dos más de la Península. Estos 68 riñones permitieron la realización de 45 trasplantes renales en Son Dureta, el resto se trasplantaron en centros de fuera de Baleares.

500 PERSONAS EN TRATAMIENTO DE DIÁLISIS

La presidenta de ALCER-Baleares, Manuela de la Vega, informó a Europa Press de que en las islas unas 500 personas están en tratamiento con diálisis por insuficiencia renal crónica y, hasta el pasado 31 de diciembre, había un total de 104 personas en la comunidad en lista de espera para un trasplante por este motivo.

De la Vega destacó la importancia de controlarse los niveles de azúcar y la tensión arterial ya que, si están descompensados y no se trata, puede desembocar en insuficiencia renal crónica, que implicaría la necesidad de someterse a tratamientos con diálisis e, incluso, trasplantes de riñón.

Además, apuntó que, tanto la diabetes como la tensión arterial elevada, son enfermedades "silenciosas", pues no duelen, y son las dos causas principales de la insuficiencia renal, por lo que recalcó la necesidad de vigilar estos síntomas. Asimismo, explicó que si se controla "no tiene por qué llegar a crónico" ni "tener complicaciones".

En este sentido, afirmó que es conveniente revisarse el estado de la tensión y los niveles de azúcar en sangre cada dos o tres meses con pruebas simples que se hacen en farmacias. En caso de que los niveles estén altos hay que acudir al médico de cabecera para que recete un tratamiento.