MADRID 24 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los hombres obesos son más propensos a tener lesiones precancerosas detectadas en las biopsias benignas de próstata en comparación con los hombres no obesos y registran mayor probabilidad de desarrollar posteriormente cáncer de próstata, según investigadores de la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia, en Nueva York (Estados Unidos). La obesidad en el momento de la biopsia se asoció con un 57 por ciento de aumento en la incidencia de cáncer de próstata.
Así concluye la investigación, que se publicará en la edición online de la revista 'Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention'. "Nuestro estudio se centra en un grupo grande de hombres que han tenido una biopsia de próstata benigna, pero aún se encuentra en un alto riesgo de cáncer de próstata", explicó Andrew Rundle, profesor asociado de Epidemiología y primer autor del artículo.
"Los estudios realizados en el pasado han tratado de determinar si existen subpoblaciones de los hombres diagnosticados con condiciones benignas que pueden estar en un riesgo mayor de desarrollar cáncer de próstata. Aquí hemos sido capaces de demostrar que la obesidad está asociada con un riesgo significativamente mayor de cáncer de próstata después de una primera biopsia benigna, sobre todo en los primeros años después de la biopsia", agrega este experto.
El doctor Rundle y sus colegas investigaron la asociación entre la obesidad y la incidencia futura del cáncer de próstata en una cohorte de 6.692 hombres en el Sistema de Salud Henry Ford que fueron seguidos durante 14 años tras la resección de la próstata con hallazgos benignos o biopsia transuretral. La investigación fue parte de un estudio mayor para el cáncer de próstata financiado con una beca de investigación de los Institutos Nacionales de Salud estadounidense para el Sistema de Salud Henry Ford.
Los científicos realizaron un estudio de casos y controles entre 494 de estos pacientes y 494 controles emparejados y encontraron alteraciones precancerosas en el 11 por ciento de las muestras benignas de los participantes. Estas anomalías se asociaron "ignificativamente" con la obesidad en el momento del procedimiento, según subrayó el doctor Rundle.
Tras tener en cuenta diversos factores, como los antecedentes familiares de cáncer de próstata, los niveles de antígeno prostático específico (PSA) en el procedimiento inicial, y el número de pruebas de PSA y tactos rectales durante el seguimiento, los autores encontraron que la obesidad en el momento del procedimiento inicial se asoció con un 57 por ciento de aumento en la incidencia de cáncer de próstata durante el seguimiento.
Sin embargo, Rundle apunta que esta asociación era sólo aparente para los tumores que ocurrieron en una fase temprana en el períiodo de seguimiento. "No sabemos absolutamente lo que es cierto en la biología. En algunos aspectos, esto refleja la asociación entre el tamaño del cuerpo y mayor tamaño de la próstata, que se cree que reduce la sensibilidad de la biopsia con aguja. Es posible que los tumores perdidos por biopsia inicial crecieron y se detectaron en una biopsia de seguimiento", señala.
La asociación observada entre el tamaño corporal y el riesgo de cáncer de próstata es mayor que la detectada en estudios anteriores, según Rundle, quien atribuyó la diferencia a las cohortes estudiadas: el estudio estaba compuesto sólo por hombres con alto riesgo de cáncer de próstata. Además, puesto que estos hombres de alto riesgo eran miembros del Sistema Integral Médico Henry Ford, fueron sometidos a una mayor vigilancia médica, que incluyó repetidas biopsias y exámenes regulares de PSA.
"Necesitamos un poco de orientación sobre cuándo y para quién se requiere un seguimiento completo", afirmó el doctor Rundle. "La obesidad se debe considerar un factor de seguimiento más intensivo después de una biopsia prostática benigna", concluyó este investigador.