MADRID, 24 Oct. (EUROPA PRESS) -
El doctor Jesús San Miguel, profesor de Hematología y director de Medicina Clínica y Traslacional de la Universidad de Navarra, ha pedido "replantear" las inversiones en I+D para adaptarse al resto de países europeos. "Cuesta aceptar que los presupuestos de las agencias españolas de ciencia estén muy por debajo de los de algunos equipos de fútbol, en contraste con lo que ocurre en otros países de nuestro entorno", ha lamentado.
Según este experto, la sostenibilidad de la innnovación pasa por decisiones basadas en la consulta a los médicos especialistas, en este caso hematólogos, a quienes corresponde la responsabilidad de las prescripciones basadas en un balance coste-eficacia razonable. "Desgraciadamente, la implicación de los grupos cooperativos españoles en estas decisiones es marginal o inexistente, a diferencia de otros países europeos", ha denunciado durante el simposio 'Medicamentos innovadores y sostenibilidad del sistema sanitario', celebrado en el marco del LXI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).
En segundo lugar, considera que el papel de los fármacos genéricos y biosimilares puede ser clave, pero "requiere una regulación que no vaya en detrimento de la inversión e innovación promovidas por las empresas farmacéuticas pioneras". Finalmente, ve "necesario promover estrategias de riesgo compartido, especialmente en medicamentos de alto coste o en tratamientos prolongados, y fomentar guías clínicas estrictas que midan el coste-beneficio, los años de vida ganados y las mejores en calidad de vida".
Jesús San Miguel añade que la sostenibilidad también pasa por "hacer posible el desarrollo de ensayos a iniciativa de los grupos cooperativos y en colaboración con la industria farmacéutica". "Estos ensayos deben responder preguntas de interés clínico diferentes del registro de indicaciones, como la búsqueda de tratamientos adaptados a la respuesta o estrategias de intervención precoz con objetivo curativo o la definición de la duración óptima de los tratamientos de mantenimiento en función de biomarcadores fiables", ha argumentado.
Por último, piensa que el sistema sanitario "debería apostar por ensayos independientes de la industria dirigidos a la obtención de soluciones a necesidades no cubiertas, como reducciones de costes con alternativas terapéuticas de similar eficacia, eliminación de sesgos potencialmente presentes en algunos de los ensayos de la industria o investigación de alternativas terapéuticas para indicaciones huérfanas".