MADRID 18 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Duke, en Estados Unidos, y publicado 'on line' en 'Developmental Cell' ha descubierto que el análisis de una única célula presente en el gusano nematodo conocido como 'caenorhabditis elegans' puede facilitar nuevas pistas sobre la metástasis del cáncer.
En concreto, el investigador de Duke David Sherwood pasó varios años observando el mecanismo de una célula de este gusano denominada 'célula ancla', que se encarga de conectar el útero del animal en desarrollo con su vulva, un paso crucial para asegurar su fertilidad.
Para establecer esta delicada conexión, la 'célula ancha' debe trazar su propio camino a través de dos capas de membrana basal, una densa estructura-barrera que forra la mayoría de los tejidos, incluyendo las células epiteliales en humanos, que son los anfitriones de muchos cánceres.
En su trabajo, Sherwood describió como la 'célula ancla' del nematodo usa una serie de señales moleculares para crear una apertura en la membrana y explicó que, a su juicio, este proceso es esencial también para que las células cancerígenas invadan los nuevos tejidos. Juntas, estas moléculas, llamadas integrin y netrin, podrían ser una valiosa nueva diana en los esfuerzos para detener la metástasis.
Para hacer un agujero en la membrana basal, la 'célula ancla' del gusano forma varios puntos similares a enlaces, llamados puncta. Se parecen mucho a una estructura que ya se ha visto antes en células cancerígenas denominada invadopodia, que se cree tienen la misma función.
Recrear esta parte de la metástasis en el laboratorio ha resultado ser imposible, porque no se puede reproducir la membrana basal. No obstante, los abundantes y baratos gusanos, y sus membranas basales, han posibilitado a Sherwood realizar gran variedad de experimentos para identificar los genes y las señales moleculares en juego.