WASHINGTON 30 Abr. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, admitió ayer su preocupación por la rápida extensión de la gripe porcina, tanto en México como en territorio estadounidense, pero descartó que vaya a ordenar el cierre de la frontera porque "sería como cerrar las puertas del establo cuando los caballos ya están fuera".
En su comparecencia pública para conmemorar y hacer balance de sus primeros 100 días en el poder, Obama llamó a la calma pero recomendó a la población estar vigilantes respecto a los posibles síntomas de la gripe. Entre otros aspectos, sugirió a la gente permanecer en casa si creen que pueden padecer el virus y el cierre temporal de los centros educativos.
El presidente norteamericano recordó que ha solicitado al Congreso un paquete de 1.500 millones de dólares para luchar contra el brote, especialmente para que las autoridades sanitarias puedan supervisar la extensión del virus y garantizar el suministro de los antivirales. "Todo el mundo debería tener claro que el Gobierno está preparado para cualquier cosa para controlar la propagación de este virus", añadió.