ROMA 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, ha dicho que sería "injusto" que los países vecinos limitasen la entrada de ciudadanos italianos a sus territorios por miedo al coronavirus que en este momento mantiene a 283 personas contagiadas, lo que supone un aumento de 54, respecto al último parte de este martes.
"Sería injusto que llegasen limitaciones de parte de los países vecinos. No lo podemos aceptar. Nuestros ciudadanos pueden viajar seguros, tanto por ellos como por los demás", ha dicho Conte en un momento en el que muchos países están tomando medidas para evitar que ciudadanos italianos entren en sus fronteras. Sin embargo, el país alpino suspendió los vuelos directos con China en el momento en que estalló la epidemia en Wuhan. En España el único caso confirmado de coronavirus se trata de un turista italiano que estaba de vacaciones en Tenerife.
En el aeropuerto de Praga, capital de la República Checa, han dispuesto una zona de desembarque para los vuelos llegados desde Italia donde se han intensificado los exámenes médicos y las medidas higiénicas. Bulgaria, por su parte, ha suspendido todos los vuelos con Italia hasta el próximo 27 de marzo. Irak e Israel han limitado el acceso de italianos y también a personas provenientes de Italia en su territorio.
En total, hay 212 casos positivos en Lombardia; 38, en Véneto; 23, en Emilia Romaña; 3, en Piamonte y 3 en el Lazio. No ha habido decesos en las últimas horas y la cifra de muertos se mantiene en siete. Todos los fallecidos eran mayores de 60 años y además presentaban un cuadro de enfermedades previo.
Las autoridades italianas están trabajando en las últimas horas en medidas extraordinarias para afrontar esta epidemia, además de las ya dispuestas que incluyen la prohibición de eventos públicos y la agregación social en al menos 10 municipios y el aislamiento total de cerca de 10.000 personas que no pueden ni entrar ni salir de sus domicilios.
POLÉMICA
El consejero del Gobierno para las relaciones con la Organización Mundial de la Salud (OMS), Walter Ricciardi, ha apuntado a la necesidad de hacer frente a la epidemia de manera unitaria lo que restaría competencia a las regiones. Esto ha creado una gran polémica que ha roto la unidad de trabajo entre el gobierno central y las regiones del norte, especialmente Lombardía y Véneto, donde se han desarrollado los dos grandes focos epidémicos, que pertenecen a la oposición de derecha de la Liga Norte, liderada por el senador, Matteo Salvini y que se han enfrascado en un cruce de acusaciones con el gobierno central del Partido Democrático en coalición con el Movimiento 5 Estrellas.
El gobernador con sede en Milán, Attilio Fontana, ha señalado que el gobierno de Roma "se ha rebelado incapaz". Mientras que el político véneto Renato Zaia, ha llegado a acusar al primer ministro Giuseppe Conte de no implementar bien los protocolos y las reglas para guiar la organización de la lucha contra la epidemia. Por su parte, Conte ha replicado que en este momento Italia no necesita "divisiones" al tiempo que ha hecho un llamamiento a la concordia que saque adelante un plan eficaz y unitario para combatir la propagación del coronavirus.