LONDRES, 9 Oct. (OTR/PRESS) -
La eyaculación precoz no es sólo un problema psicológico, como se creía hasta ahora, sino una disfunción que se adquiere hereditariamente. Así, además de ser determinantes a la hora de dejar de fumar, de estar satisfechos en una relación conyugal o incluso de ser felices en la vida, los genes juegan un papel clave en las relaciones sexuales, según se ha demostrado en un estudio de la Universidad de Utrecht (Holanda). Los científicos han localizado un gen que controla la cantidad y actividad cerebral de la serotonina, una hormona que determina la rapidez de la eyaculación.
Según la Sociedad Internacional de Medicina Sexual, la eyaculación precoz es "una disfunción sexual masculina en la que la eyaculación ocurre siempre o casi siempre antes de o en el curso de un minuto de la penetración vaginal". Pero, seguramente debido a la polémica que genera definir este problema basándose únicamente en el cronometro, suman a esta definición "la incapacidad para demorar la eyaculación en todas o casi todas las penetraciones" y sus consecuencias: "estrés negativo y frustración y/o evitación de la intimidad sexual".
Ahondando en esta disfunción que afecta a entre el 30 y el 40 por ciento de los varones, el prestigioso Journal of Sexual Medicine ha publicado un estudio realizado por la Universidad de Utrecht (Holanda) con cerca de 200 hombres, 89 de los cuales sufrían de eyaculación precoz desde su primera relación sexual, según el estudio, recogido por otr/press. Durante un mes se pidió a a las parejas de todos los partipantes en el estudio que utilizaran un cronómetro en su casa.
El objetivo era medir el tiempo que los hombres tardaban en eyacular cada vez que tenían relaciones sexuales con ellos. Así, pudieron comparar los resultados de los 89 hombres que sufrían de la llamada eyaculación prematura primaria u orgánica con los de otros 92 varones que no padecían ese problema. Los resultados demostraron que en el primer grupo la actividad de la hormona serotonina era menos intensa entre las neuronas de la sección del cerebro que se encarga de controlar la eyaculación.
Dicha actividad de la serotonina implica que las señales que se envían a las neuronas no son transmitidas normalmente, lo que provoca la disfunción sexual en cuestión. Pero de la cantidad de esa hormona segregada y de su actividad en el cerebro es responsable el gen 5-HTTLPR, que según del tipo que sea puede provocar que el individuo sea eyaculador precoz o no. Si existen tres tipos de genes (LL, SL y SS) los hombres que tienen el de tipo LL eyaculan hasta dos veces más rápido que los varones con los tipos SL y SS.
DAR RIENDA SUELTA A LA SEROTONINA
"Nuestros resultados contradicen la idea, que ha sido el conocimiento común durante años, de que la forma primaria de eyaculación prematura es un trastorno psicológico", asegura el doctor Marcel Waldinger, director del estudio de la Universidad de Utrecht, en declaraciones a la cadena BBC. Se habla de una eyaculación precoz primaria cuando esta es orgánica, mientras que la secundaria es adquirida y, por tanto, sí es debida a razones psicológicas, como puede ser una experiencia traumática.
En el pasado, ya se había demostrado que la serotonina está relacionada con la eyaculación. De hecho, los hombres que sufren de este trastorno acuden a sesiones de psicoterapia y son dianosticados con antidepresivos, unos fármacos entre cuyos efectos secundarios se encuentra el retraso de la eyaculación. Sin embargo, en la actualidad no existe ningún medicamente concreto que sirva para tratar esta disfunción sexual que afecta hoy por hoy a entre el 30 y el 40 por ciento de los hombres.
Con todo, el último estudio realizado en torno a la eyaculación precoz demuestra que la cura puede ser más complicada de lo que se pensaba en un principio. Aunque el diario médico británico 'The Lancet' informaba recientemente del descubrimiento de un medicamento, la dapoxetina, que lograba aumentar la duración media de una relación sexual de un minuto a tres minutos y 19 segundos, pero el fármaco todavía no ha sido registrado en ningún país del mundo. También existen aerosoles retardantes, aunque de dudosa efectividad.