MADRID, 30 Mar. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos han identificado un gen que suprime el crecimiento tumoral en el melanoma, la forma más mortal de cáncer de piel. El descubrimiento, que se publica en la edición digital de la revista 'Nature Genetics', se ha realizado como parte de un análisis genético de un grupo de enzimas implicadas en el cáncer de piel y en otros muchos tipos de cáncer.
Los investigadores descubrieron que una cuarta parte de los tumores de melanoma humanos tenían mutaciones en los genes que codificaban las enzimas de la metaloproteinasa de la matriz (MMP). Los descubrimientos sientan la base para el desarrollo de tratamientos más especializados en los que MMP y otras enzimas tienen un papel clave en el crecimiento y expansión de la enfermedad.
Los genes supresores tumorales codifican proteínas que suelen servir como freno al crecimiento celular. Cuando estos genes están mutados, se elimina este freno y se produce un crecimiento celular descontrolado conocido como cáncer. En contraste, los oncogenes son genes que codifican proteínas que participan en el crecimiento celular normal y que cuando están mutados podrían causar cáncer pero mediante la activación de señales promotoras del crecimiento celular.
Las terapias cancerígenas suelen dirigirse a oncogenes a los que bloquean o reducen su actividad o bien a restablecer o aumentar la acción de los genes supresores tumorales. El estudio podría explicar por qué no están funcionando terapias dirigidas a las enzimas MMP, ya que hasta ahora se pensaba que eran oncogenes.
Las enzimas MMP ayudan al organismo a descomponer y reciclar las proteínas y son importantes en el proceso de remodelación de la piel tras las quemaduras, cortes o heridas. La familia de genes MMP ha sido asociada con el crecimiento tumoral en una variedad de cánceres, incluyendo el de mama, colon y el melanoma.
Los investigadores estudiaron un banco de muestras de tumores y sangre recopiladas de 79 pacientes con melanoma agresivo y compararon la secuencia de los genes MMP en los tumores y el ADN normal de los pacientes en busca de mutaciones en los 23 genes de la familia de MMP.
El equipo identificó 28 mutaciones diferentes en 8 genes de MMP en los tumores de melanoma. Estas mutaciones se distribuían en diferentes secuencias y patrones entre las muestras de tumores.
Casi una cuarta parte de los tumores analizados tenían al menos una mutación en un gen MMP; en un 3 por ciento de los tumores se descubrió más de una mutación en estos genes; más del 6 por ciento de los tumores tenían mutaciones en MMP-8 y más del 7 por ciento de ellos en MMP-27, que codifica una enzima muy similar a la de MMP-8.
Los investigadores realizaron luego investigaciones en células en cultivo y en animales y descubrieron que cinco de las mutaciones reducían la actividad de la enzima MMP-8.
Después estudiaron si las mutaciones en MMP-8 promovían actividades asociadas al cáncer y comprobaron las células con mutaciones en MMP-8 tenían una mayor capacidad para multiplicarse fuera de los límites de las células normales, una característica del cáncer. Asimismo, las células con mutaciones en MMP-8 tienen una mayor capacidad para migrar que las células normales, un aspecto clave de la metástasis del cáncer.
Los investigadores descubrieron que los ratones a los que se inyectaba células que expresaban MMP-8 normal no desarrollaban úlceras en la piel, una de las medidas más importantes de la agresividad del melanoma. En contraste, los ratones a los que se les inyectaban células que expresaban MMP-8 mutadas desarrollaron ulceraciones y metástasis en los pulmones.